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Amenaza Principal
Jack Mars
La Forja de Luke Stone #3
“Uno de los mejores thrillers que he leГdo este aГ±o.”
–– CrГticas de Libros y PelГculas (referente a Por Todos Los Medios Necesarios)
En AMENAZA PRINCIPAL (La Forja de Luke Stone – Libro nВє 3), un innovador thriller de acciГіn del nГєmero 1 en ventas, Jack Mars, el veterano de Г©lite de las Fuerzas Delta Luke Stone, de 29 aГ±os, dirige al Equipo de Respuesta Especial del FBI mientras responden a una situaciГіn con rehenes en una plataforma petrolГfera en el remoto ГЃrtico.
Sin embargo, lo que al principio parecГa ser un simple evento terrorista, se convierte en mucho mГЎs.
Con un plan maestro por parte de los rusos, que se desarrolla rГЎpidamente en el ГЃrtico, Luke puede que haya llegado al borde de la prГіxima guerra mundial.
Y Luke Stone puede ser el Гєnico hombre que se interponga en su camino.
AMENAZA PRINCIPAL es un thriller militar inigualable, un viaje de acción salvaje que te hará pasar las páginas hasta altas horas de la noche. Esta serie, precuela de la SERIE DE THRILLER LUKE STONE, éxito en ventas, nos remite a cómo empezó todo, una serie fascinante del famoso autor Jack Mars, calificado como “uno de los mejores autores de suspense.”
“Thriller en su máxima expresión.”
–-Midwest Book Review (referente a Por Todos los Medios Necesarios)
TambiГ©n estГЎ disponible la exitosa serie, nГєmero uno en ventas, de THRILLER LUKE STONE de Jack Mars (7 libros), que comienza con Por Todos los Medios Necesarios (Libro nВє1), ВЎuna descarga gratuita con mГЎs de 800 reseГ±as de cinco estrellas!
Jack Mars
AMENAZA PRINCIPAL
AMENAZA PRINCIPAL
(LA FORJA DE LUKE STONE – LIBRO 3)
JACK MARS
TRADUCIDO POR: CARMEN LIÑÁN GRUESO
Jack Mars
Jack Mars es el autor de la serie de thriller de LUKE STONE, nГєmero uno en ventas de USA Today, que incluye siete libros.В TambiГ©n es el autor de la nueva serie de precuelas LA FORJA DE LUKE STONE, que comprende tres libros (y subiendo);В y de la serie de suspense de espГas AGENTE ZERO, que comprendeВ sieteВ libros (y subiendo).
A Jack le encanta saber de ti, asГ que no dudes en visitarВ www.jackmarsauthor.com (http://www.jackmarsauthor.com/)В para unirte a la lista de correo electrГіnico, recibir un libro gratis, otros regalos, conectarte en Facebook y Twitter, ВЎy mantener el contacto!
Copyright В© 2019 por Jack Mars.В Todos los derechos reservados. Excepto en lo permitido en la Ley de Derechos de Autor de Estados Unidos de 1976, ninguna parte de esta publicaciГіn puede ser reproducida, distribuida o transmitida de ninguna forma o por ningГєn medio, ni almacenada en una base de datos o sistema de recuperaciГіn, sin el permiso previo del autor. Este libro electrГіnico tiene licencia Гєnicamente para su disfrute personal. Este libro electrГіnico no puede ser revendido o regalado a otras personas. Si desea compartir este libro con otra persona, por favor, compre una copia adicional para cada destinatario. Si estГЎ leyendo este libro y no lo ha comprado, o si no lo ha comprado sГіlo para su uso, devuГ©lvalo y compre su propia copia. Gracias por respetar el duro trabajo de este autor. Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, asuntos, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginaciГіn del autor o se usan de manera ficticia. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es enteramente una coincidencia. Imagen de la cubierta Copyright Getmilitaryphotos, utilizada bajo la licencia de Shutterstock.com.
LIBROS POR JACK MARS
UN THRILLER DE LUKE STONE
POR TODOS LOS MEDIOS NECESARIOS (Libro #1)
JURAMENTO DE CARGO (Libro #2)
LA FORJA DE LUKE STONE
OBJETIVO PRINCIPAL (Libro #1)
MANDO PRINCIPAL (Libro #2)
AMENAZA PRINCIPAL (Libro #3)
LA SERIE DE SUSPENSO DE ESPГЌAS DEL AGENTE CERO
AGENTE CERO (Libro #1)
OBJETIVO CERO (Libro #2)
CACERГЌA CERO (Libro #3)
TRAMPA CERO (Libro #4)
CAPГЌTULO UNO
4 de septiembre de 2005
17:15 horas, hora de Alaska (21:15 horas, hora del Este)
Plataforma Petrolera Martin Frobisher
Seis kilГіmetros al norte del Refugio Nacional de Vida Silvestre del ГЃrtico
Mar de Beaufort
OcГ©ano ГЃrtico
Nadie estaba listo cuando comenzГі la matanza.
Momentos antes, el hombre al que llamaban Perro Grande estaba en la baranda, con un mono acolchado, botas con punta de acero, guantes de cuero grueso y una gorra de bГ©isbol de color amarillo desteГ±ido, con la inscripciГіn Hunt HardВ en la parte delantera.
HacГa frГo, pero Perro Grande ya no lo sentГa. Y no hacГa tanto frГo como iba a hacer.В A su alrededor se extendГa la inmensidad del ГЃrtico:В cielo gris, agua oscura salpicada de hielo blanco brillante, hasta donde alcanzaba la vista.
FumГі un cigarrillo y observГі un bote de transporte de personal de doble casco, que se abrГa camino a travГ©s de los tГ©mpanos de hielo a la luz sombrГa de la tarde.В No podГa llamarse siquiera luz del sol.В La cobertura de nubes era constante, como una pesada manta y Perro Grande no habГa visto un rayo de luz solar durante al menos una semana.В Era fГЎcil perder el rastro del sol.В Era fГЎcil perder la nociГіn de todo.
–Llegan temprano —dijo Perro Grande en voz alta para sà mismo.
Ese bote no le cuadraba del todo, le producГa una sensaciГіn incierta en las entraГ±as.В Se parecГa mucho al bote que llevarГa a los miembros de la tripulaciГіn a la plataforma despuГ©s de un descanso.В De hecho, desde allГ podГa distinguir al menos una docena de hombres en la cubierta del bote, preparГЎndose para desembarcar cuando llegaran al muelle.
Pero los cambios de turno no se producen temprano y los barcos no aparecen sin programaciГіn ni previo aviso.В Al menos aquГ, no.В IntentГі analizar las posibles razones de la llegada de ese bote en su mente.В Pero se quedГі colgado de nuevo y el dolor que martilleabaВ en su cabeza, combinado con la niebla de su cerebro causada por la falta de sueГ±o, hacГa que fuera difГcil pensar.
No importaba.В Todo se resolverГa cuando llegaran aquГ.В Apenas era posible que alguien cometiera un error.В Mucha gente en elВ ГЃrticoВ no tenГa idea de quГ© dГa era.В Nadie aquГ hablaba de lunes o martes o miГ©rcoles o jueves.В ВїQuГ© utilidad tendrГa?В Cada doce horas era lo mismo, trabajando o durmiendo, trabajando o durmiendo.В El tiempo se mezclaba, se volvГa borroso, se desvanecГa en el acero duro y el olvido blanco y frГo.
Quienesquiera que fueran, sin importar lo que estuvieran haciendo, tendrГan que venir a hablar con Perro Grande.В Perro Grande ya no era tan malo como antes.В HabГa crecido en la reserva, lo que Г©l consideraba mitad Indio Pies Negros y mitad “Americano”. Y una vez, tiempo atrГЎs, Г©lВ habГa sido vilmente malo.
Dos metros de alto, 114 kilos cuando era liviano, 125 cuando cargaba mГєsculo de cerveza.В Pasados losВ cincuentaВ aГ±os, ahora era mГЎs calmado, menos rГЎpido de enfadar, posiblemente incluso un poco compasivo.В Aun asГ, Г©l era el hombre mГЎs grande de este sitio, tal vez el hombre mГЎs grande en elВ ГЃrtico y esta era su plataforma petrolera.
Perro Grande habГa formado parte de la tripulaciГіn que construyГі esta cosa.В Durante cinco aГ±os, habГa sido el capataz de la tripulaciГіn.В Г‰l no era geГіlogo, no era perforador y no era un ejecutivo con educaciГіn universitaria, pero no cometГa errores.В HabГa mГЎs deВ noventaВ hombres en esta plataforma en un momento dado y cada uno de ellos, incluso los jefes, le rendГan cuentas.
Era un trozo de acero de quinientos millonesВ de dГіlares, la plataformaВ Martin Frobisher, “el Alfil”, В como lo llamaban los matones que trabajaban y vivГan en ella en turnos de dos semanas.В El Alfil era una torre azul y amarilla, plataformas y bloques de maquinaria apilados en lo alto sobre el agujero por donde el taladro entraba hasta el fondo del ocГ©ano.В La cima de esta torre se alzabaВ cuarentaВ pisos sobre el agua.В Estaba ubicada a mГЎs de 250 kilГіmetros sobre elВ CГrculo Polar ГЃrtico, en una isla artificial de dos hectГЎreas y media,В a poca distanciaВ del Refugio Nacional de Vida Silvestre del ГЃrtico.
El Alfil era propiedad de una pequeГ±a empresa llamada Innovate Natural Resources.В Innovate tenГa contratos con todos los grandes (BP, ExxonMobil, ConocoPhillips),В pero esta plataforma era propiedad de la misma Innovate.В Perro Grande a menudo pensaba que los peces gordos dejaban que Innovate operara aquГ porque les daba una negaciГіn plausible sobre lo que estaba sucediendo.В Innovate hacГa el trabajo sucio y si alguien se enterara, Innovate asumirГa la responsabilidad.
La isla era accesible por una carretera de hielo sobre el mar helado la mayor parte del aГ±o.В Pero no en verano, ni siquiera en septiembre, ya no.В El hielo perpetuo se habГa derretido y el agua estaba abierta todo el verano.В Con el verano terminado, el hielo estacional comenzaba a formarse.
Mientras Perro Grande observaba, el bote dio el Гєltimo empujГіn y se detuvo en el muelle.В Un par de estibadores del Alfil comenzГі a atar las amarras, cuando sucediГі algo extraГ±o, tan extraГ±o que pasaron varios segundos antes de la mente de Perro Grande pudiera captarlo.
Los hombres saltaron del bote y dispararon a los trabajadores.
ВЎCRAC!В LlegГі el agudo sonido de disparos, resonando a travГ©s de la distancia en elВ aireВ quietoВ yВ frГo.В En la luz tenue, hombres en miniatura caГan muertos con cada disparo.
ВЎCRAC!
ВЎCRAC!
De repente, Perro Grande estaba corriendo.В Sus pesadas botas golpearon los raГles de hierro de la cubierta y atravesГі las puertas de la caseta de perro, el centro de mando.В Era como la cabina del piloto de un barco solo que, en lugar de mirar el mar abierto, los hombres observaban el taladro todo el dГa.В HabГa tres hombres dentro, a esta hora del dГa.В Cuando entrГі Perro Grande, los hombres ya estaban en pie, entrando en el gabinete donde se guardaban los rifles.В Los rifles estaban destinados a los osos polares, no a las invasiones.
–¿Qué demonios está pasando? —dijo Perro Grande.
Aaron, un hombre corpulento con gafas, arrojГі un rifle pesado a Perro Grande.В TenГa insertado un cargador por debajo y una mira telescГіpica en la parte superior.
Perro Grande comprobГі la recГЎmara.
Aaron negГі con la cabeza. —Ni idea.В Intentamos identificarlos por radio, pero no hubo respuesta.В Pensamos en esperar hasta que llegaran aquГ.В Luego llegaron y comenzaron a disparar.
Hizo un gesto hacia las pantallas del circuito cerrado de seguridad.
En una pantalla, un grupo de hombres subГa por los muelles.В Iban vestidos de negro, abrigados para el frГo, con los rostros cubiertos a excepciГіn de los ojos y equipados con pistolas y cinturones de municiГіn.В Mientras Perro Grande observaba, uno de ellos se acercГі a un hombre que se retorcГa en el muelle, sacГі una pistola y le disparГі en la cabeza.
–Oh, no —dijo Perro Grande.
Le doliГі. Le doliГі hasta lo mГЎs profundo y lo hizo enfadar.В Este era su equipo y estaban asesinando a sus hombres.В Durante sus dГ©cadas en la industria petrolera del ГЃrtico, nunca habГa sucedido algo asГ.В ВїHubo peleas?В Por supuesto.В Peleas a puГ±etazos, a cuchillo, con tacos de billar y tubos de hierro.В Incluso hubo tiroteos. SГ, de vez en cuando, alguien sacaba un arma.
ВїPero esto?
De ninguna manera.
Y no lo iba a consentir.
Los hombres en la sala de control miraron a Perro Grande.
Lo primero que hizo Perro Grande cuando dejГі la reserva, a la edad deВ diecisiete aГ±os, fue alistarse en el Cuerpo de Marines.В Identificaron de inmediato su punterГa y lo convirtieron en un francotirador.
–Hijos de puta —dijo.
No le importaba quiГ©nes eran o lo que pensaban que estaban haciendo, no lo iba a consentir.В VolviГі a salir a cubierta, con el rifle acunado en sus gruesas manos.
Debajo de Г©l, el grupo de hombres corrГa por el complejo ahora, corriendo hacia las cabaГ±as Quonset que servГan de alojamiento, el salГіn recreativo, la cantina.В Las alarmas resonaban y los hombres comenzaban a emerger de todas partes, corriendo.В HabГa confusiГіn y miedo.
Disparar era fГЎcil para Perro Grande.В Cada hombre tenГa sus habilidades, cosas que leВ resultaban fГЎciles.В Disparar era la suya.В MirГі a travГ©s de la mira telescГіpica y puso a uno de los invasores vestidos de negro en el centro del cГrculo.В El hombre estaba ALLГЌ MISMO, tan cerca que Perro Grande podГa alcanzarlo y tocarlo.В Perro Grande apretГі el gatillo.В El rifle se sacudiГі en sus manos y empujГі contra su hombro.
ВЎBANG!
El sonido hizo eco muy lejos, a travГ©s del hielo y el agua.
Fue un disparo justo en el blanco, a la altura del pecho.В El hombre levantГі los brazos y dejГі caer su arma.В Fue impulsado hacia atrГЎs, perdiГі pie y cayГі al suelo helado.
No fue un buen gesto.В Le indicГі a Perro Grande que el hombre llevaba un chaleco antibalas.В La bala no le habГa perforado, solo lo tirГі hacia atrГЎs.В Le dolerГa un rato y maГ±ana iba a tener un dolor del demonio, pero no estaba muerto.
AГєn no, por lo menos.
Perro Grande expulsГі el casquillo gastado y volviГі a montar el arma.В VolviГі a mirar y encontrГі a su hombre arrastrГЎndose por el suelo.
Puso el cГrculo alrededor de la cabeza del hombre.
BANG.
El eco se alejГі a travГ©s de la vasta inmensidad vacГa.В La sangre fluГa donde antes estaba la cabeza del hombre.В AutomГЎticamente, sin pensarlo, Perro Grande expulsГі el cartucho y cargГі de nuevo.
Siguiente.
Otro bastardo de chaqueta negra arrodillado al lado del muerto.В ParecГa estar comprobando los signos vitales.В ВїComprobГЎndolos para quГ©?В La mitad de la cabeza del hombre ya no estaba.
Perro Grande sonriГі y puso la cabeza del chico nuevoВ en el cГrculo, el punto muerto.В El chico era un idiota.
BANG.
Pero ya no lo serГa mГЎs.
La cabeza del segundo hombre explotГі igual que la del primero, una pulverizaciГіn de rojo en el aire, como el gГ©iser blanco desde el orificio nasal de una ballena jorobada justo debajo de la superficie.В Los dos hombres muertos se desplomaron juntos, montГculos negros sobre fondo blanco.
Perro Grande bajГі el arma para obtener una vista mГЎs amplia del campo.В La escena era un caos, los hombres corrГan por todos lados, disparando, cayendo muertos.
Demasiado tarde, vio a dos hombres de negro, ambos apoyados sobre una rodilla, apuntГЎndole son sus armas.В Desde esta distancia, no podГa decir lo que los hombres llevaban.В Eran ametralladoras pequeГ±as, compactas, tal vez Uzis o MP5.
PasГі menos de un segundo.
Perro Grande se estaba apartando de la barandilla de hierro justo cuando impactГі el primer chorro de balas.В Lo atravesaron y sintiГі cГіmo hacГa un baile espasmГіdico y nervioso.В Entonces llegГі el dolor, como si fuera a destiempo.
Sus pies se deslizaron hacia atrГЎs, por debajo de Г©l y cayГі sobre la barandilla.В PensГі que podrГa vomitar por el costado.
Pero su altura y el impulso llevaron todo su cuerpo hacia adelante.В Hubo un momento incГіmodo, cuando parecГa que estaba encaramado en la barandilla, con todo el peso sobre su estГіmago.В Entonces, se cayГі. IntentГі agarrarse locamente a los listones de hierro que tenГa detrГЎs, pero fue inГєtil.
Pasaron uno o dos segundos.В Entonces, impactГі.
El tiempo se detuvo y Г©l fue a la deriva.В Cuando volviГі a abrir los ojos, parecГa que estaba mirando un cielo oscuro.В El Гєltimo dГa sombrГo habГa pasado y las estrellas frГas salГan a millones, jugando al escondite detrГЎs de nubes que se deslizaban.В ParpadeГі y volviГі a la luz del dГa.
SabГa lo que habГa pasado: habГa caГdo a la cubierta de hierro, dos pisos por debajo del nivel de la caseta de perro.В HabГa golpeado fuerte, todo su cuerpo debГa estar roto.В Su crГЎneo debГa estar roto.
AdemГЎs, cuando llegГі el recuerdo, fue como si las balas lo perforaran nuevamente.В Su cuerpo se sacudiГі convulsivamente.В Le habГan disparado con ametralladoras.
No sabГa cuГЎnto tiempo habГa pasado.В PodrГan haber sido minutos o podrГan haber pasado horas.В IntentГі moverse, pero le dolГa hacer cualquier cosa.В Eso era buena seГ±al: aГєn podГa sentir dolor.В HabГa mucho lГquido oscuro a su alrededor en la cubierta:В su sangre.В JadeГі mientras respiraba, como un elevador hidrГЎulico que se descompone, el lГquido burbujeando de su boca.
En algГєn lugar, no muy lejos, todavГa se escuchaban disparos.В Los hombres gritaban.В Los hombres chillaban de dolor o de terror.
Las sombras se movieron a travГ©s de Г©l.
Dos hombres se quedaron allГ, mirando hacia abajo.В Ambos llevaban pesadas chaquetas negras con parches blancos.В La imagen en los parches parecГa ser un ГЎguila u otro ave de rapiГ±a.В VestГan pantalones de camuflaje verde, como un ejГ©rcito de tierra, en algГєn lugar donde el mundoВ no estuviera cubierto de blanco.В Y llevaban pesadas botas negras.
Las caras de los hombres estaban cubiertas con pasamontaГ±as negros.В Solo se veГan sus ojos.В Sus ojos eran duros, sin simpatГa.
ВїQuГ© pensaban estos muchachos que estaban haciendo?
–¿Quién…? —dijo Perro Grande.
Le resultaba difГcil hablar, se estaba muriendo, lo sabГa.В Pero Г©l no eraВ alguien que tirarГa la toalla.В Nunca lo habГa hecho antes y no lo iba a hacer ahora.
–¿Quiénes sois? —logró decir.
Uno de los hombres dijo algo en un idioma que Perro Grande no entendiГі.
LevantГі una pistola y apuntГі hacia Perro Grande.В El agujero al final del caГ±Гіn estaba allГ, como una cueva.В ParecГa hacerse cada vez mГЎs grande.
El otro hombre dijo algo.В Era algo serio, ninguno de los dos se rio.В Sus expresiones impertГ©rritas no cambiaron.В Probablemente pensaron que le estaban haciendo un favor a Perro Grande, sacГЎndolo de su miseria.
A Perro Grande no le importaba un poco de dolor.В Г‰l noВ creГa en el cielo o el infierno.В Cuando era joven, habГa rezado a sus antepasados.В Pero si sus antepasados estaban por ahГ, no habГan dado muestras.
Tal vez habГa vida despuГ©s de la muerte, tal vez no.
Perro Grande preferirГa arriesgarse aquГ en la Tierra.В El mГ©dico de la plataforma podrГa recomponerlo.В Un helicГіptero de evacuaciГіn mГ©dica podrГa venir y llevarlo al pequeГ±o centro de traumatologГa en Deadhorse.В Un helicГіptero Apache podrГa venir y acabar con estos tipos.
Cualquier cosa podrГa pasar.В Mientras respirara, todavГa estaba en el juego.В LevantГі una mano ensangrentada.В IncreГble que aГєn pudiera mover su brazo.
–Espera —dijo.
No quiero morir ya.
Perro Grande.В Durante dГ©cadas, asГ lo habГa llamado prГЎcticamente todo el mundo. Su ex esposa lo llamaba Perro Grande.В Sus jefes lo llamaban Perro Grande.В El Presidente de la compaГ±Гa habГa volado aquГ una vez, le dio la mano y lo llamГі Perro Grande.В Г‰l gruГ±Гі al pensar en eso.В Su verdadero nombre eraВ Warren.
Un pequeГ±o destello de luz y llama emergiГі de las fauces negras al final del arma del hombre.В La oscuridad llegГі y Perro Grande no supo siВ realmente habГa visto aquella luz, o si habГa estado soГ±ando todo el tiempo.
CAPГЌTULO DOS
21:45 horas,В Hora del Este
Gabinete de Crisis
La Casa Blanca
Washington, DC
—Señor Presidente, ¿qué piensa?
ClementВ DixonВ era demasiado viejo para esto.В Ese era su pensamiento principal.
Estaba sentado a la cabecera de la mesa y todos los ojos estaban puestos en Г©l.В Durante su larga carrera polГtica, habГa aprendido a leer los ojos y las expresiones faciales.В Y lo que le decГa la lectura de aquellos rostros era esto: las poderosas personas que miraban al caballero de cabello blanco que presidГa esta reuniГіn de emergencia habГan llegado a la misma conclusiГіn que elВ propioВ Dixon.
Г‰l era demasiado viejo.
HabГa sido unВ Jinete de la Libertad desde el primer viaje, en mayo de 1961, arriesgando su vida para ayudar a disgregar el sur.В HabГa sido uno de los jГіvenes oradores en las calles durante el motГn de la policГa de Chicago en agosto de 1968 y habГa recibido gases lacrimГіgenos en la cara.В HabГa pasadoВ treinta y tresВ aГ±os en la CГЎmara de Representantes, primero enviado allГ por la buena gente de Connecticut en 1972.В HabГa desempeГ±ado el cargo de Presidente de la CГЎmara de Representantes dos veces, una durante la dГ©cada de 1980 y otra vez hasta hace solo un par de meses.
Ahora, a la edad deВ setenta y cuatro aГ±os, se encontrГі de repente siendo Presidente de los Estados Unidos.В Era un papel que nunca habГa querido ni imaginado para sГ mismo.В No, espera, quizГЎ sГ:В cuando era joven, adolescente y tenГa unosВ veinte aГ±os, se habГa imaginado a sГ mismo algГєn dГa como Presidente.
Pero la AmГ©rica de la que se habГa imaginado Presidente no eraВ estaВ AmГ©rica.В Este era un paГs dividido, envuelto en dos guerras pГєblicamenteВ reconocidas en el extranjero, asГ como media docena de “operaciones negras” clandestinas. Operaciones tan negras, al parecer, que las personas que las supervisaban eran reacias a informar a sus superiores.
–¿Señor Presidente?
En su juventud, nunca se habГa imaginado a sГ mismo como Presidente de una AmГ©rica que todavГa dependГa por completo de los combustibles fГіsiles para cubrir sus necesidades energГ©ticas, donde elВ veinteВ por ciento de la poblaciГіn vivГa en la pobreza y otroВ treintaВ por ciento se tambaleaba en el borde, donde millones de niГ±os se acostaban con hambre cada noche y mГЎs de un millГіn de personas no tenГan dГіnde vivir.В Un lugar donde el racismo todavГa estaba vivo y coleando.В Un lugar donde millones de personas no podГan permitirse el lujo de ponerse enfermas y donde a menudo tenГan que escoger entre tomar sus medicamentos recetados o comer.В Esta no era laВ AmГ©ricaВ que habГa soГ±ado liderar.
Esto era unВ Estados Unidos de pesadilla y de repente Г©l estaba al cargo.В Un hombre que habГa pasado toda su vida defendiendo lo que creГa que era correcto y luchando por los ideales mГЎs altos, ahora se encontraba arrastrГЎndose por el fango.В Este trabajo no ofrecГa nada mГЎs que compensaciones y ГЎreas grises y Clement Dixon estaba justo en el medio de todo.
Siempre habГa sido un hombre religioso.В Y en estos dГas se descubriГі a sГ mismo pensando en cГіmo Cristo le habГa pedido a Dios que dejara pasar el amargo cГЎliz.В Sin embargo, a diferencia de Cristo, su lugar en esta cruz no habГa sido ordenado previamente.В Una serie de percances y malas decisiones habГan conducido a Clement Dixon hasta este lugar.
Si el Presidente David Barrett, un buen hombre al queВ DixonВ conocГa desde hace muchos aГ±os, no hubiera sido asesinado, nadie habrГa pedido al Vicepresidente Mark Baylor que ocupara su lugar.
Y si Baylor no hubiera estado implicado en el asesinato, por una montaГ±a de pruebas circunstanciales (no suficientes para acusarlo, pero sГ para hacerlo caer en desgracia y desterrarlo de la vida pГєblica), entonces Г©l no habrГa dimitido, dejando la Presidencia al Presidente de la CГЎmara de Representantes.
Y si Dixon mismo no hubiera accedido el año pasado a pasar solo una legislatura más como Presidente de la Cámara, a pesar de su avanzada edad…
Entonces no se verГa en esta posiciГіn.
Aunque Г©l tuviera la fuerza de voluntad doblegar la maldita cosa… El hecho de que la lГnea de sucesiГіn dictara que el Presidente de la CГЎmara asumiera el trabajo, no significaba que Г©l tuviera que aceptarlo.В Pero demasiadas personas habГan luchado durante demasiado tiempo para ver a un hombre como Clement Dixon, el abanderado ardiente de los ideales liberales clГЎsicos, convertirse en Presidente.В Como cuestiГіn prГЎctica, no podГa abandonar.
AsГ que allГ estaba,В cansado, viejo, cojeando por los pasillos del ala oeste (sГ,В cojeando,В el nuevo Presidente de losВ Estados UnidosВ tenГa artritis en las rodillas y una cojera pronunciada), abrumado por el peso de lo que se le habГa encomendado y comprometiendo sus ideales a cada paso.
–¿Señor Presidente? ¿Señor?
El Presidente Dixon estaba sentado en el Gabinete de Crisis, una oficina de forma ovalada.В De alguna manera, la habitaciГіn le recordaba a un programa de televisiГіn de la dГ©cada de los 60;В la serie se llamabaВ Espacio: 1999.В Era una idea tontaВ de un productor de HollywoodВ sobre cГіmo serГa el futuro. InhГіspito, vacГo, inhumano y diseГ±ado para el aprovechamiento mГЎximo del espacio.В Todo era elegante y estГ©ril y exudaba cero encanto.
Grandes pantallas de vГdeo estaban incrustadas en las paredes, con una pantalla gigante en el extremo de la mesa oblonga.В Las sillas eran de cuero, con el respaldo alto y reclinables, como la del capitГЎn en la cubierta de control de una nave espacial.
Esta reuniГіn se habГa convocado con poca antelaciГіn;В como de costumbre, habГa una crisis.В Aparte de los asientos ocupados de la mesa y unos pocos a lo largo de las paredes, la sala estaba casi vacГa.В Los asistentes habituales estaban aquГ, incluidos algunos hombres con sobrepeso vestidos con trajes, junto conВ militaresВ uniformados.
Thomas Hayes,В elВ nuevo Vicepresidente deВ Dixon, tambiГ©n estaba aquГ, gracias a Dios.В HabiendoВ subido a bordo directamente desde su puesto de gobernador de Pensilvania, ThomasВ estaba acostumbrado a tomar decisiones ejecutivas.В TambiГ©n estaba en la misma pГЎgina queВ DixonВ respecto a muchas cosas.В Thomas ayudГі aВ Dixon aВ formar un frente unificado.
Todo el mundo sabГa que Thomas Hayes tenГa los ojos puestos en la presidencia y eso estaba bien.В PodrГa quedarse con ella, en lo que respecta a Clement Dixon.В Thomas era alto, guapo e inteligente y proyectaba un aire de autoridad.В Sin embargo, lo mГЎs destacado de Г©l era su enorme nariz.В La prensa nacional ya habГa comenzado a retocГЎrsela.
Espera, Thomas,В pensГіВ Dixon.В Espera a queВ seas Presidente.В Los humoristas polГticos dibujaban a Clement Dixon como el profesor distraГdo, un cruce entre Mark Twain y Albert Einstein, con los zapatos desatados y sin el humor casero o la inteligencia penetrante.
Vaya, seguramente se divertirГan con esa nariz de Hayes.
Un hombre alto con un uniforme verde de gala estaba de pie en la cabecera de la mesa, un general de cuatro estrellas llamado Richard Stark.В Era delgado y muy en forma, como el maratonista que seguramente era y su rostro parecГa estar cincelado en piedra.В TenГa los ojos de un cazador, como un leГіn o un halcГіn.В Hablaba con absoluta confianza:В en sus impresiones, en la informaciГіn que le daban sus subordinados, en la capacidad delВ ejГ©rcitoВ de losВ Estados UnidosВ para afrontar cualquier problema, sin importar cuГЎn espinoso o complicado fuera.В Stark era prГЎcticamente una caricatura de sГ mismo.В ParecГa como siВ nunca hubiera experimentado un momento de incertidumbre en su vida.В ВїCГіmo era el viejo dicho?
A menudo incorrecto, pero nunca en duda.
–ExplГquelo de nuevo —dijo elВ Presidente Dixon.
Casi podГa escuchar los gemidos silenciosos alrededor de la habitaciГіn.В Dixon odiaba tener que volver a escucharlo.В Odiaba la informaciГіn tal como la entendiГі y odiaba que otro intento debiera hacer que la entendiera por completo.В Г‰l noВ querГa entenderla.
Stark asintiГі con la cabeza. —SГ, seГ±or.
SeГ±alГі con un largo puntero de madera el mapa de la pantalla grande.В El mapa mostraba el distrito de North Slope deВ Alaska, un vasto territorio en el extremo norte del estado, dentro del CГrculo Polar ГЃrtico, lindando con elВ OcГ©ano ГЃrtico.
HabГa un punto rojo en el ocГ©ano, justo al norte del final de la tierra.В Ese territorio estaba marcado como ANWR[1 - ANWR. Siglas de Arctic National Wildlife Refuge. En espaГ±ol: Refugio Nacional de Vida Silvestre del ГЃrtico. (Nota de la Traductora)], que Dixon bien sabГa que representaba el Refugio Nacional de Vida Silvestre del ГЃrtico:В era una de las personas que habГa luchado durante dГ©cadas para proteger esa regiГіn sensible de la exploraciГіn y perforaciГіn petrolera.
Stark hablГі:
–La plataforma de perforaciГіn Martin Frobisher, propiedad de Innovate Natural Resources, se encuentra aquГ, en el ocГ©ano, a seis kilГіmetros al norte del Refugio de Vida Silvestre del ГЃrtico.В No disponemos del censo exacto en el momento del ataque, pero se estima queВ noventaВ hombres viven y trabajan habitualmente en esa plataforma y una pequeГ±a isla artificial que los rodea.В La plataforma funciona lasВ veinticuatroВ horas del dГa,В trescientos sesenta y cincoВ dГas al aГ±o, en medio del clima mГЎs severo.
Stark hizo una pausa y mirГі aВ Dixon.
DixonВ hizo un movimiento con la mano como una rueda girando.
–Entendido. Por favor, continúe.
Stark asintiГі con la cabeza. —Hace poco mГЎs deВ treintaВ minutos, un grupo deВ hombresВ fuertementeВ armados y no identificados han atacado la plataforma y el campamento.В Llegaron en barco, en una embarcaciГіn que apareciГі como un contratista de personal que traГa trabajadores a la isla.В Un nГєmero desconocido de trabajadores han sido asesinados o tomados como rehenes.В Los informes preliminares, obtenidos por las grabaciones de audio y vГdeo, sugieren que los invasores son extranjeros, pero aГєn se desconoce el origen.
–¿Qué sugiere esto? —preguntó Dixon.
Stark se encogiГі de hombros. —No parece que hablen inglГ©s.В Aunque no disponemos todavГa de sonido claro, sin embargo, nuestros expertos lingГјistas creen que hablan una lengua de Europa del Este, probablemente eslava.
Dixon suspiró. —¿Ruso?
El dГa que asumiГі este ingrato trabajo, de hecho, momentos despuГ©s de prestar el Juramento de Cargo, habГa retirado unilateralmente a las fuerzas estadounidenses de una confrontaciГіn con los rusos.В Los rusos le habГan hecho un favor y respondiГі en consecuencia.В Dixon habГa sido objeto de crГticas despiadadas y mordaces por parte de las facciones belicistas de la sociedad estadounidense.В Si los rusos se volvieran y atacaran ahora…
Stark sacudiГі la cabeza lo mГЎs mГnimo. —No estamos seguros todavГa, pero creemos que no.
–Eso lo reduce —dijo Thomas Hayes.
–¿Tenemos alguna idea de lo que quieren? —dijo Dixon.
Ahora Stark sacudió la cabeza por completo. —No han contactado con nosotros y se niegan a responder a nuestros intentos de contacto. Hemos volado sobre el complejo con helicópteros de combate pero, a excepción de algunos incendios, el lugar actualmente parece desierto. Los terroristas y los prisioneros están dentro de la plataforma misma o dentro de los edificios del complejo, lejos de nuestras miradas indiscretas.
Se detuvo un momento.
–Me imagino que quiere entrar por la fuerza y recuperar la plataforma —dijo Dixon.
Stark sacudiГі la cabeza otra vez. —Desafortunadamente, no.В Si bien estamosВ cien por cienВ seguros de que podemos recuperar las instalaciones por la fuerza, hacerlo pondrГa en riesgo la vida de cualquier hombre que se encuentre prisionero.В AdemГЎs, la instalaciГіn es de naturaleza sensible y, si llevamos a cabo un contraataque a granВ escala, corremos el riesgo de llamar la atenciГіn sobre ella.
Algunas personas en la sala comenzaron a murmurar entre ellas.
–Orden, —dijo Stark, sin levantar la voz. —Orden, por favor.
–Está bien —dijo Dixon—, lo preguntaré. ¿Qué tiene de sensible?
Stark mirГі a un hombre con gafas, sentado hacia la mitad de la mesa.В El hombre probablemente tenГa treinta y muchos, pero tenГa un sobrepeso que lo hacГa parecer casi un niГ±o angelical.В La cara del hombreВ era grave.В Diablos, estaba en una reuniГіn con el Presidente de losВ Estados Unidos.
–Señor Presidente, soy el Dr. Fagen, del Departamento de Interior.
–Está bien, Dr. Fagen —dijo Dixon—, cuéntemelo.
–Señor Presidente, la plataforma Frobisher, aunque es propiedad de Innovate Natural Resources, es una inversión conjunta entre Innovate, ExxonMobil, ConocoPhillips y la Oficina de Administración de Tierras de los Estados Unidos. Les hemos extendido una licencia para hacer lo que se conoce como perforación horizontal.
En la pantalla, la imagen cambiГі.В Mostraba un dibujo animado de una plataforma petrolera.В MientrasВ DixonВ observaba, un taladro se extendГa hacia abajo desde la plataforma, debajo de la superficie del ocГ©ano y hacia el fondo del mar.В Una vez bajo tierra, el taladro cambiГі de direcciГіn,В girГі noventaВ grados y ahora se movГa horizontalmente debajo del lecho de roca.В DespuГ©s de un tiempo, se encontrГі con un charco negro debajo del suelo y el petrГіleo del charco comenzГі a fluir lateralmente desde el cabezal de perforaciГіn hacia la tuberГa que lo seguГa.
–En lugar de perforar verticalmente, que es como se realizaban la gran mayorГa de las perforaciones en elВ sigloВ XX, ahora estamos dominando la ciencia de la perforaciГіn horizontal.В Lo que esto significa es que una plataforma petrolera puede estar a muchos kilГіmetros de un depГіsito de petrГіleo, tal vez un depГіsito en una ubicaciГіn ambientalmente sensible…
DixonВ levantГі una mano.В La mano en alto significaba PARAR.
El Dr. Fagen sabГa lo que significaba la mano sin tener que preguntar.В Al instante, dejГі de hablar.
–Dr. Fagen, ¿me está diciendo que la plataforma Martin Frobisher, en el mar a seis kilómetros al norte del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, realmente está perforando dentro del Refugio de Vida Silvestre?
Fagen miraba la mesa de conferencias.В Su lenguaje corporal le dijo a Clement Dixon todo lo que necesitaba saber.
–SeГ±or, con las tecnologГas mГЎs modernas, las plataformas petroleras pueden explotar importantes depГіsitos subterrГЎneos, sin poner en peligro la flora o la fauna sensibles, respecto a lo cual sГ© que ya expresГі su preocupaciГіn…
DixonВ puso los ojos en blanco y levantГі las manos en el aire.
–Oh, demonios.
MirГі al general.
–SeГ±or, —dijo Stark. —La decisiГіn de otorgar esa licencia se tomГі hace dos administraciones.В Solo era cuestiГіn de perfeccionar la tecnologГa.В De acuerdo, esВ controvertido y ni a usted ni a mi nos gusta esto.В Pero yo creo queВ tendremos que aplazar esa discusiГіn para otro momento.В Ahora, tenemos una operaciГіn terrorista en marcha, con un nГєmero desconocido de civiles estadounidenses ya muertos y aГєn mГЎs vidas estadounidenses en peligro.В El tiempo es esencial.В Y, en la medida de lo posible, creo que debemos mantener este incidente, asГ como la naturaleza de esa instalaciГіn, fuera del alcance del pГєblico, por ahora.В MГЎs tarde, despuГ©s de que hayamos rescatado a nuestra gente y disipado el humo, habrГЎ mucho tiempo para debatir.
Dixon odiaba que Stark tuviera razón. Odiaba estos…
… compromisos.
–¿Qué sugiere? —dijo.
Stark asintiГі con la cabeza.В En la pantalla, la imagen cambiГі y mostrГі un grГЎfico de lo que parecГa ser un grupo de buzos de dibujos animados, nadando hacia una isla.
–Sugerimos encarecidamente que un grupo encubierto de operadores especiales altamente entrenados, Navy SEAL, se infiltre en las instalaciones, descubra la naturaleza de los terroristas y sus efectivos, decapite su liderazgo y, si es posible, recupere la plataforma con la menor pérdida de vida civil como las circunstancias lo permitan.
–¿Cuántos y cuándo? —preguntó Dixon.
Stark asintió nuevamente. —Dieciséis, quizá veinte. Esta noche, dentro de las próximas horas, antes del primer amanecer.
–¿Los hombres están listos? —dijo Dixon.
–SГ, seГ±or.
DixonВ sacudiГі la cabeza.В Ser Presidente era una pendiente resbaladiza.В Eso era algo que, a pesar de todos sus aГ±os de experiencia, nunca habГa entendido.В Todos sus discursos ardientes, golpeando el atril, sus demandas de un mundo mГЎs justo y limpio… Вїpara quГ©?В Todo se habГa vendido rГo abajo incluso antes de empezar.
El Refugio Nacional de Vida Silvestre del ГЃrtico estaba fuera de los lГmites de la perforaciГіn, en la superficie.В AsГ que se estacionaron en el mar y perforaron desde debajo, por supuesto que lo hicieron.В Eran como termitas, siempre mordiendo, royendo y convirtiendo la construcciГіn mГЎs resistente en un castillo de naipes.
Y luego los hombres que estaban haciendo la perforaciГіn fueron atacados y retenidos como rehenes.В Y como Presidente, ВїquГ© se suponГa que tenГas que decir: —DГ©jalos comer del pastel?
De ninguna manera.В Eran estadounidenses y, en un nivel difГcil de entender, eran inocentes.В Solo hago mi trabajo, seГ±ora.
DixonВ mirГі a Thomas Hayes.В De todos los hombres en esta habitaciГіn, Hayes serГa el mГЎs cercano a sus propios pensamientos sobre esto.В Hayes probablemente se sentirГa encajonado, traicionado, frustrado y atГіnito, al igual que Clement Dixon.
–¿Thomas? —dijo Dixon. —¿Qué opinas?
Hayes ni siquiera dudó. —Yo entiendo que es una discusión para otro momento, pero me alarma escuchar que estamos perforando en un entorno natural que debe ser apreciado y protegido. Estoy alarmado, pero no sorprendido y eso es lo peor.
Se detuvo. —Después de que estos hombres sean rescatados y, como usted dice, se disipe el humo, creo que debemos volver a revisar la moratoria de la perforación y dejar claro que no perforar significa no perforar, ya sea desde la superficie o desde el mar.
–AdemГЎs, si va a haber una intervenciГіn militar, creo que hay que asegurarse de que haya supervisiГіn civil de toda la operaciГіn, de principio a fin.В Sin ГЎnimo de ofender,В General, pero en el PentГЎgono tienen tendencia a matar mosquitos a caГ±onazos.В Creo que yaВ hemos oГdo hablar de demasiadas celebraciones de bodas en Oriente MedioВ siendo aniquiladas por ataques aГ©reos.
El general Stark parecГa que estaba a punto de decir algo en respuesta, pero se contuvo.
–¿Puede hacerlo, General Stark? —preguntó Dixon. —No importa cuántos activos militares estén involucrados, ¿puede garantizarme la supervisión y participación civil durante toda la operación?
El general asintiГі. —SГ, seГ±or.В Conozco la agencia civil idГіnea para el trabajo.
–Entonces, hágalo —dijo Dixon— y salve a esos hombres de la plataforma, si puede.
CAPГЌTULO TRES
22:01 horas, Hora del Este
Ivy City
Noreste de Washington, DC
Un hombre grande estaba sentado en una silla plegable de metal, en un rincГіn tranquilo de un almacГ©n vacГo.В SacudiГі la cabeza y gimiГі.
–No lo hagas —dijo. —No lo hagas.
TenГa los ojos vendados, pero incluso con el trapo oscureciendo parte de su rostro, era fГЎcil ver que estaba magullado y golpeado.В Su boca estaba hinchada.В Su cara estaba cubierta de sudor y algo de sangre y la parte posterior de su camiseta blanca estaba manchada de sudor.В HabГa una mancha oscura en la entrepierna de sus jeans azules, donde se habГa orinado encima unos momentos antes.
Desde la boca de las mangas de su camiseta hasta las muГ±ecas habГa una densa maraГ±a de tatuajes.В El hombre parecГa fuerte, pero tenГa las muГ±ecas esposadas a la espalda y sus brazos estaban asegurados a la silla con pesadas cadenas.
Sus pies estaban descalzos y sus tobillos tambiГ©n estaban esposados con grilletes de acero;В estaban tan juntos que, si lograba ponerse de pie y tratar de caminar, tendrГa que ir saltando.
–¿Hacer qué? —dijo Kevin Murphy.
Murphy era alto, delgado, muy en forma.В TenГa los ojos duros y una pequeГ±a cicatriz en la barbilla.В Llevaba una camisa azul, pantalГіn oscuro y pulidos zapatos de cuero italiano negro.В Sus mangas estaban enrolladas solo un par de vueltas en sus antebrazos.В No habГa nada arrugado, sudoroso o sangriento en Г©l.В No parecГa haber hecho ningГєn tipo de esfuerzo extenuante.В De hecho, podrГa estar de camino a una cena tardГa en un buen restaurante.В Lo Гєnico que no encaja mucho con su aspecto eran los guantes de conducciГіn de cuero negro que llevaba puestos.
Durante unos segundos, Murphy y el hombre de la silla fueron como estatuas, piedras en pie en algГєn lugar de entierro medieval.В Sus sombras se desvanecieron en diagonal en la penumbra amarilla que iluminaba este pequeГ±o rincГіn del vasto almacГ©n.
Murphy se alejГі unos pasos a travГ©s del suelo de piedra, sus pisadas resonaban en el espacio cavernoso.
Estaba lidiando con una extraГ±a combinaciГіn de sentimientos en este momento.В Por un lado, se sentГa relajado y tranquilo.В Se estaba preparando para la entrevista y disponГa de las prГіximas horas, si las necesitaba.В Nadie venГa aquГ.
Fuera de las puertas de este almacГ©n habГa un barrio pobre.В Era un pГЎramo de hormigГіn, tiendas deprimentes todas juntas, licorerГas, cambio de cheques y lugares de prГ©stamos de dГa de pago.В Multitudes de mujeres que llevaban bolsas de plГЎstico esperaban en las paradas de los autobuses durante el dГa, hombres borrachos en las esquinas de las calles sostenГan latas de cerveza y vino barato en bolsas de papel marrГіn todo el dГa y toda la noche.
En este momento, Murphy podГa escuchar los sonidos del vecindario: coches que pasaban, mГєsica, gritos y risas.В Pero se estaba haciendo tarde y las cosas comenzaban a calmarse.В Incluso este barrio finalmente se iba a dormir.
Por lo tanto, a corto plazo, Murphy tenГa tiempo.В Pero en un sentido mГЎs amplio, el tiempo no estaba de su parte.В Era un antiguo operador de las Fuerzas Delta y un empleado en perГodo de prueba del Equipo de Respuesta Especial del FBI.В Lo habГa hecho bien hasta ahora, incluyendo lo que se considerГі una actuaciГіn brillante en un tiroteo enВ Montreal,В durante su primera asignaciГіn.
Lo que nadie entendiГі fue cuГЎn brillante fue realmente esa actuaciГіn.В HabГa jugado a dos bandas y, antes de la batalla, convenciГі al ex agente de la CIA Wallace Speck, el autoproclamado “SeГ±or Oscuro”, para transferir dos millones y medio de dГіlares a la cuenta anГіnima de Murphy enВ Gran CaimГЎn.
Ahora, Speck estaba en una prisiГіn federal y se enfrentaba a la pena de muerte.В Eso abriГі paso a una gran pregunta en la vida de Murphy:В ВїHablarГa Speck con sus captores?В Y si lo hacГa, ВїquГ© les dirГa?
ВїSabГa Speck quiГ©n era Kevin Murphy?
–No me mates —dijo el hombre de la silla.
Murphy sonriГі.В Cerca del hombre habГa otra silla.В La chaqueta deportiva de MurphyВ estaba sobre ella.В Debajo de la chaqueta estaban su funda y su arma.В En el bolsillo de sus pantalones estaba el gran silenciador que se ajustaba a la pistola como una mano a un guante.
Hechos el uno para el otro.В ВїCГіmo decГa ese viejo anuncio de televisiГіn?В Perfectos juntos.
–¿Matarte?В ВїPor quГ© habrГa de hacerlo?
El hombre sacudiГі la cabeza y comenzГі a llorar.В La parte superior de su gran cuerpo se sacudГa en sollozos. —Porque eso es lo que haces.
Murphy asintiГі con la cabeza, eso era cierto.
MirГі fijamente al hombre.В Bastardo llorГіn, odiaba a los tipos como este, eran alimaГ±as.В El tipo era un asesino insensible, un matГіn, un aspirante a chico duro.В Un hombre con las palabras BANG y ВЎPOW!В tatuadas en sus nudillos.
Este era el tipo de hombre que mataba a personas inocentes indefensas, en parte debido a que le pagaban por hacerlo, pero tambiГ©n en parte porque era fГЎcil y porque le gustaba hacerlo.В Luego, cuando se encontraba con alguien como Murphy, se hacГa pedazos y comenzaba a rogar.В El propio Murphy ciertamente habГa matado a mucha gente, pero hasta donde Г©l sabГa, nunca habГa matado a un no combatiente o a alguien inocente.В Murphy se especializaba en matar hombres que eran difГciles de matar.
Pero, Вїeste chico?
Murphy suspirГі.В No tenГa dudas de que podГa hacer que este tipo se arrastrara por el suelo como un gusano, si quisiera.
SacudiГі la cabeza.В No le interesaba el tipo, todo lo que querГa era informaciГіn.
–Hace algunas semanas, justo cuando nuestro querido Presidente fallecido desapareciГі por primera vez, mataste a una joven llamada Nisa Kuar Brar.В No lo niegues, tambiГ©n mataste a sus dos hijas, una niГ±a de cuatro aГ±os y un bebГ© de meses.В La niГ±a de cuatro aГ±os llevaba un pijama del dinosaurioВ BarneyВ en ese momento.В SГ, vi fotos de la escena del crimen.В Estas personas que mataste eran la esposa y las hijas de un taxista llamado Jahjeet Singh Brar.В Toda la familia eran Sikhs, de la regiГіn de Punjab de laВ India.В Te metiste en su apartamento enВ Columbia HeightsВ diciendo que eras un policГa metropolitano de DC, llamado Michael Dell.В QuГ© gracioso, Michael Dell.В ВїCrees que fue divertido?
El hombre sacudió su cabeza. —No, absolutamente, no. Nada de eso es cierto. El que te haya dicho todo eso es un mentiroso, te han mentido.
La sonrisa de Murphy se ensanchГі y se encogiГі de hombros.В Casi se rio.
Este chico…
–Me lo dijo tu cГіmplice.В Un tipo que se hacГa llamar Roger Stevens, pero cuyo verdadero nombre era Delroy Rose. —Murphy hizo una pausa y volviГі a respirar hondo.В A veces se ponГa nervioso en situaciones como esta.В Era importante que mantuviera la calma.В Esta reuniГіn era para obtener informaciГіn y nada mГЎs.
–¿Algo de esto te suena ahora?
Los hombros del hombre estaban encogidos.В Sollozaba en voz baja, su cuerpo temblando.
–No, no sé quién es…
–Cállate y escúchame —dijo Murphy. —¿De acuerdo?
Г‰l noВ tocГі al hombre ni se acercГі a Г©l, pero el hombre asintiГі y no dijo una palabra mГЎs.
–Ahora… ya he entrevistado a Delroy extensamente.В Fue Гєtil, pero solo hasta cierto punto.В Las cosas se pusieron un poco desagradables, por lo que al final del dГa, yoВ estuve dispuesto a creer que me habГa dicho todo lo que sabГa.В Quiero decir, ВїquiГ©n pasarГa por todo ese sufrimiento solo para… quГ©?В ВїProtegerte aВ ti?В ВїProteger a otro como tГє?В No.В Creo que probablemente me dijo todo lo que sabГa, pero no fue suficiente.
–Por favor —dijo el hombre. —Te diré todo lo que sé.
–SГ, lo harГЎs —dijo Murphy. —Y, con suerte, sin muchas tonterГas.
El hombre sacudiГі la cabeza, enfГЎticamente, enГ©rgicamente.В Por un momento, parecГa una muГ±eca mecГЎnica, de las que se les da cuerda y sacuden la cabeza hasta que la llave en la parte posterior se para.
–No, sin tonterГas.
–Bueno, —dijo Murphy. Se acercó al hombre y le quitó el trapo ensangrentado de los ojos. Los ojos del hombre parpadearon y giraron en sus cuencas, a continuación, se posaron en Murphy.
–Puedes verme, ¿verdad?
El hombre asintiГі, muy solГcito. —SГ.
–¿Sabes quién soy? —dijo Murphy. —Sà o no, no mientas.
El hombre asintiГі nuevamente. —SГ.
–¿Qué sabes de m�
–Eres de algún tipo fuerzas especiales. CIA, Navy SEAL, Operaciones encubiertas, algo de eso.
–¿Sabes mi nombre?
El hombre lo miró fijamente. —No.
Murphy no estaba seguro de creerle.В LanzГі una bola suave para probar al chico.
–¿Mataste a Nisa Kuar Brar y sus dos hijas? Ya no tiene sentido mentir. Ya me has visto, las cartas están sobre la mesa.
–Maté a la mujer —dijo el hombre sin dudar. —El otro tipo mató a las niñas, yo no tuve nada que ver con eso.
–¿Cómo mataste a la mujer?
–La llevé a la habitación y la estrangulé con un cable de ordenador, Ethernet Cat 5. Es fuerte, pero no corta. Hace el trabajo sin mucha sangre.
Murphy asintiГі con la cabeza.В AsГ fue exactamente como se hizo.В Nadie sin informaciГіn privilegiada sobre la escena del crimen lo sabrГa.В Este chico era el asesino.В Murphy tenГa a su hombre.
–¿Qué hay de Wallace Speck?
El hombre se encogió de hombros. —¿Qué pasa con él?
AhoraВ losВ hombros deВ Murphy seВ desplomaron.
–¿QuГ© te parece queВ estamos haciendo aquГ, idiota? —dijo.В Su voz resonГі en la oscuridad. —¿Crees queВ estoy aquГ, en esta caja de zapatos de cemento contigo, en medio de la noche, por diversiГіn?В No me gustas tanto.В ВїSpeck te contratГі para matar a esa mujer?
–SГ.
–¿Y qué sabe Speck sobre m�
El hombre sacudió su cabeza. —No lo sé.
El puГ±o de Murphy saliГі disparado e impactГі contra la cara del hombre.В SintiГі romperse el hueso del puente de la nariz.В La cabeza del hombre cayГі hacia atrГЎs.В Dos segundos mГЎs tarde, la sangre comenzГі a fluir de una fosa nasal, por la cara del hombre, hacia la barbilla.
Murphy dio un paso atrГЎs.В NoВ querГaВ mancharseВ losВ zapatos de sangre.
–Inténtalo de nuevo.
–Speck dijo que habГa un tipo de operaciones encubiertas, operaciones especiales.В TenГa una pista sobre el paradero del Jefe del Estado Mayor del Presidente, Lawrence Keller.В El tipo de operaciones especiales iba aВ Montreal, era parte del equipo que debГa rescatar a Keller.В Tal vez Г©l era el conductor.В Г‰l querГa dinero.В DespuГ©s de eso…
El hombre sacudiГі su cabeza.
–¿Crees que soy ese tipo? —dijo Murphy.
El tipo asintiГі, abyecto, desesperado.
–¿Por qué lo piensas?
El hombre dijo algo en voz baja.
–¿Qué? No te oigo.
–Estuve allГ —dijoВ el hombre.
–¿En Montreal?
–SГ.
Murphy sacudiГі la cabeza.В Г‰l sonriГі.В Se rio esta vez, solo un poco.
–Oh, amigo.
El chico asintiГі.
–¿Qué hiciste, escapar cuando se puso feo?
–Vi lo que pasaba.
–Y me viste.
No eraВ unaВ pregunta, pero el chico la respondiГі de todos modos.
–SГ.
–¿Le dijiste a Speck cómo era yo?
El chico se encogiГі de hombros.В Estaba mirando el suelo de hormigГіn.
–¡Habla! —dijo Murphy. —No tengo toda la noche.
–Nunca hablé con él después de eso. Estaba en la cárcel antes de que saliera el sol.
–MГrame, —dijo Murphy.
El chico levantГі la vista.
–DГmelo otra vez, pero no mires hacia otro lado esta vez.
El hombre mirГі directamente aВ losВ ojos deВ Murphy. —No he hablado con Speck. No sГ© dГіnde le retienen, no sГ© si Г©l ha hablado o no. No tengo ni idea de si Г©l sabe quiГ©n eres, pero si lo sabe, es obvio que no te ha delatado todavГa.
–¿Por qué no escapaste? —dijo Murphy.
No era una pregunta banal.В Murphy se enfrentaba a la misma elecciГіn.В Г‰l podrГa desaparecer.В Ahora, esta noche, o maГ±ana por la maГ±ana.В Pronto.В TenГa dos millones y medio de dГіlares en efectivo.В Eso le durarГa mucho tiempo a un hombre como Г©l y con sus… habilidades Гєnicas… podrГa reponerlo de vez en cuando.
Pero pasarГa el resto de su vida mirando por encima del hombro.В Y, si escapaba, una persona que podrГa perseguirle era Luke Stone.В Ese no eraВ un pensamiento agradable.
El chico se encogiГі de hombros otra vez. —Me gusta vivir aquГ, me gusta mi vida.В Tengo un hijo pequeГ±o, al que veo a veces.
A Murphy no le gustГі la forma en que el chico deslizГі a su hijo en la conversaciГіn.В Este asesino a sangre frГa, un hombre que acababa de admitir que habГa asesinado a una joven madre y que era cГіmplice del asesinato de dos niГ±as pequeГ±as y solo Dios sabГa quГ© mГЎs, estaba tratando de jugar la carta de la empatГa.
Murphy fue a la silla y sacГі su arma de la funda.В AtornillГі el silenciador en el caГ±Гіn de la pistola.В Era de los buenos, no iba a hacer mucho ruido.В Murphy a menudo pensaba que sonaba como una grapadora de oficina perforando pilas de papel.В Clac, clac, clac.
–No tienes motivos para matarme —dijo el hombre detrás de él. —No le he dicho nada a nadie. No voy a hablar con nadie.
Murphy no se habГa dado la vuelta todavГa. —¿Has oГdo hablar de atar los cabos sueltos?В Es decir, tГє trabajas en este negocio, Вїno?В Speck podrГa saber quiГ©n soy, o no.В Pero, definitivamente, tГє sГ lo sabes.
–¿Sabes sobre cuГЎntos secretos estoy sentado? —dijo el chico. —Si alguna vez me atrapan, crГ©eme, serГas lo que menos les interesarГa.В Ni siquiera sГ© quiГ©n eres, no sГ© cГіmo te llamas.В Solo vi a un chico esa noche, con el cabello oscuro, tal vez, corto.В Metro ochenta, podrГa ser cualquiera.
Murphy se volviГі y lo mirГі cara a cara.В El hombre sudaba, la transpiraciГіn aparecГa en su rostro.В No hacГa tanto calor aquГ.
Murphy tomГі el arma y apuntГі al centro de la frente del hombre, sin dudarlo, sin ruido. No dijo una palabra.В Cada lГnea estaba grabada y el hombre parecГa estar baГ±ado en un cГrculo de luz blanca brillante.
El chico hablaba rápido. —Mira, no lo hagas —dijo. —Tengo dinero, mucho dinero en efectivo. Yo soy el único que sabe dónde está.
Murphy asintiГі con la cabeza. —SГ, yo tambiГ©n.
Apretó el gatillo y…
CLAC.
SonГі un poco mГЎs fuerte de lo normal.В No habГa calculado el eco en el gran espacio vacГo.В Se encogiГі de hombros, no importaba.
Se fue sin volverse a mirar el cadГЎver en el suelo.
Diez minutos despuГ©s, estaba en su coche, conduciendo por la carretera de circunvalaciГіn.В SonГі su telГ©fono mГіvil.В El nГєmero estaba oculto, pero eso no significaba nada: podrГa ser bueno, podrГa ser malo.В Г‰l cogiГі la llamada.
–¿S�
Una voz femenina: —¿Murph?
Murphy sonriГі.В ReconociГі la voz al instante.
–Trudy Wellington —dijo. —Qué hermoso momento de la noche para saber de ti. Si me dices desde dónde estás llamando, voy enseguida.
Ella casi se rio.В Lo percibiГі en su voz.В Hazlas reГr.В Ese era el camino hacia su corazГіn y hacia su dormitorio.
–Ah… sГ.В Aplaca tu sucia mente, Murph.В Te llamo desde las oficinas del Equipo de Respuesta Especial. HayВ una crisis y nos han involucrado en ella.В Don quiere un montГіn de gente aquГ ya, lo mГЎs rГЎpido posible.В TГє eres uno de ellos.
CAPГЌTULO CUATRO
22:20 horas, Hora del Este
Condado de Fairfax, Virginia
Suburbios de Washington,В DC
—¿Qué piensas, cariño?
Luke Stone susurrГі las palabras.В Probablemente nadie podrГa escucharlas, aparte de Г©l.
Estaba sentado en el largo sofГЎ blanco de su nueva sala de estar, sosteniendo a su bebГ© de cuatro meses, Gunner, en su regazo.В Gunner era un bebГ© grande y pesado.В Llevaba un paГ±al y unaВ camisetaВ azulВ que decГa “El mejor bebГ© delВ mundo”.
Se habГa quedado dormido enВ losВ brazos deВ Luke hacГaВ un rato.В Su barriguita subГa y bajaba y roncaba suavemente mientras dormГa.В ВїSe suponГa que los bebГ©s roncaban?В Luke no lo sabГa, pero de alguna manera el sonido era reconfortante.В MГЎs aГєn, era hermoso.
Ahora Luke sostenГa a Gunner en la penumbra y miraba alrededor de la habitaciГіn, tratando de encontrarle sentido a la casa.
El lugar era un regalo deВ losВ padresВ de Becca, Audrey y Lance.В Eso, por sГ solo, era difГcil de tragar.В Nunca podrГa permitirse este lugar con su sueldo de funcionario, aunque era mucho mГЎs alto que el del EjГ©rcito.В Becca no trabajaba en absoluto.В Entre los dos, aunque Becca estuviera trabajando, no podrГan permitirse esta casa.В Y eso le hizo darse cuenta a Luke de cuГЎnto dinero realmente tenГa la familia de Becca.
SabГa que eran ricos, pero Luke habГa crecido sin dinero, no sabГa lo que era ser rico.В Г‰l y Becca habГan estado viviendo en la cabaГ±a de su familia, que daba a la BahГa de Chesapeake, en laВ costa oriental.В Para Luke, aquella cabaГ±a de cien aГ±os, a pesar de que estaba a una horaВ yВ media de viaje de su trabajo, era un sitio espectacular para vivir.В Luke estaba acostumbrado a dormir en el suelo duro, o no dormir en absoluto.
Pero, Вїeste lugar?
EchГі un vistazo alrededor de la casa.В Era una casa moderna, con ventanas de suelo a techo, como sacada de una revista de arquitectura.В Era como una caja de cristal.В Cuando llegara el invierno, cuando nevara, podГa imaginarse que serГa como uno de esos viejos globos de nieve que la gente solГa tener cuando era un niГ±o.В Se imaginГі las prГіximas Navidades:В simplemente sentado en esta impresionante sala de estar a doble altura, el ГЎrbol en la esquina, la chimenea encendida, la nieve cayendo a su alrededor.
Y eso era solo la sala de estar.В Sin mencionar la cocina rГєstica de gran tamaГ±o, con la isla en el medio y el refrigerador gigante de doble puerta, con el congelador en la parte inferior.В Sin mencionar la cama de matrimonio y el baГ±o principal.В Sin mencionar el resto del lugar.В Sin mencionar que esta casa estaba a unosВ doceВ minutos en coche de la oficina.
Desde donde LukeВ estaba sentado en el sofГЎ, podГa ver las grandes ventanas, orientadas al surВ y al oeste.В La casa estaba asentada sobre una pequeГ±a colina ondulada de hierba.В La altura extendГa sus vistas.В La casa estaba en un barrio tranquilo de otras casas grandes, alejadas de la calle.В No habГa estacionamiento en la calle.В En este vecindario, las personas estacionaban en sus propios caminos o garajes.
Ellos no habГan conocido a muchos de sus vecinos todavГa, pero Luke se imaginaba que eran abogados, mГ©dicos, tal vez personas con puestos de trabajo de alto nivel en grandes empresas.В TenГa sentimientos encontrados al respecto.В No por la gente, sino por el lugar.
Por un lado, Г©l noВ tenГa confianza con Audrey y Lance.
AВ losВ padres deВ BeccaВ nunca les habГa gustado Luke.В Siempre lo habГan dejado claro.В Incluso despuГ©s de que Gunner naciera, dejaron de mala gana queВ Г©lВ y Becca vivieran en la cabaГ±a.В Audrey era especialmente una experta en hacer comentarios sarcГЎsticos y maniobras de socavaciГіn.
La imaginГі en su mente:В habГa algo en ella que le recordaba a un cuervo.В TenГa los ojos hundidos, con iris tan oscuros que parecГan casi negros.В TenГa una nariz afilada, como un pico.В Era de huesos pequeГ±os y cuerpo delgado.В Y siempre flotaba cerca, como un presagio de malas noticias.
Pero entonces el Equipo de Respuesta Especial llevГі a cabo un par de operaciones de alto perfil y Audrey y Lance conocieron al legendario Don Morris, pionero de operaciones especiales y director del Equipo de Respuesta Especial.
De repente, sintieron que Г©l y Becca necesitaban una casa mejor y mГЎs cerca de su trabajo.В Y asГ fue como llegaron aquГ.
SacudiГі la cabeza por la velocidad de los acontecimientos.В Era conocido en su carrera por sus repentinos reflejos y su inmediata respuesta, pero la compra de esta casa habГa sucedido tan rГЎpido que casi le hizo perder la cabeza.
Dos personas que le habГan detestado intensamente durante aГ±os ahora le acababan de ofrecer el mayor regalo que alguien le habГa hecho.
Se detuvo y escuchГі el silencio.В RespirГі hondo, casi al mismo ritmo que su hijo pequeГ±o.В No.В Eso no era cierto, este niГ±o era el mejor regalo que le habГan dado.В La casa no era nada comparada con esto.
Sobre la mesa frente a Г©l, su telГ©fono se encendiГі.В Lo mirГі fijamente, la luz azul arrojaba sombras locas en la penumbra.В El telГ©fono estaba en silencio porque el timbre estaba apagado.В No querГa molestar al bebГ©, ni a la mamГЎ, que estaba disfrutando de un poco de sueГ±o bien merecido y muy necesario en el dormitorio.
MirГі la hora: eran las diez pasadas.В Eso solo podГa significar un par de cosas.В O un viejo amigo militar estaba borracho marcando, se habГan equivocado de nГєmero, o… MirГі el telГ©fono hasta que se detuvo y se oscureciГі.
Un momento despuГ©s, comenzГі de nuevo.
SuspirГіВ yВ mirГі el nГєmero.В Por supuesto, era del trabajo.
Г‰l cogiГі el telГ©fono.
–¿Hola?
Lo dijo con la voz mГЎs baja de estoy dormido, Вїpor quГ© me molestas? de que fue capaz.
La voz femenina de Trudy WellingtonВ hablГі.В La imaginГі:В joven, hermosa, inteligente, con el cabello castaГ±o cayendo sobre sus hombros.
–¿Luke?
–SГ.
Su tono era profesional.В Lo que casi habГa sucedido entre ellos y de lo que nunca hablaron, parecГa alejarse en su espejo retrovisor.В Eso era probablemente lo mejor.
–Luke, tenemos una crisis.В Don estГЎ reuniendo al equipo habitual.В Yo ya estoy aquГ.В Swann, Murphy y Ed Newsam estГЎn de camino.
–¿Ahora? —Él hizo la pregunta, aunque sabГa la respuesta.
–SГ, ahora.
–¿Puede esperar? —preguntó Luke.
–Más bien no.
–Hmmm.
–¿Luke? Trae tu mochila de supervivencia.
Г‰l puso los ojos en blanco.В Estaban teniendo problemas para conciliar el trabajo y la vida familiar.В No por primera vez, se preguntГі si lo que hacГa para ganarse la vida no era compatible con el hogar feliz que Г©l y Becca estaban tratando de construir por sГ mismos.
–¿A dónde vamos? —dijo.
–Clasificado. Lo averiguarás en la reunión.
El asintió. —De acuerdo.
ColgГі el telГ©fono y respirГі hondo.
AlzГі al bebГ© en sus brazos, se puso de pie y caminГі por el pasillo hasta el dormitorio principal.В Estaba oscuro, pero podГa ver lo suficientemente bien.В Becca dormitaba en la gran cama de matrimonio.В Se agachГі y colocГі al bebГ© a su lado, solo tocando su piel.В En su medio sueГ±o, hizo un pequeГ±o sonido de placer.В Ella puso una mano suavemente sobre el bebГ©.
Los mirГі a los dos por un momento; mamГЎ y bebГ©.В Una ola de amor tan intensa que nunca podrГa describir se apoderГі de Г©l.В Apenas podГa entenderlo Г©l mismo, imagina explicГЎrselo a otra persona.В Estaba mГЎs allГЎ de las palabras.
Eran su vida.
Pero tambiГ©n tenГa que irse.
CAPГЌTULO CINCO
23:05 horas, Hora del Este
Sede del Equipo de Respuesta Especial
McLean, Virginia
—¿Por qué estamos aqu� —preguntó Kevin Murphy.
Iba vestido al estilo casual de negocios, como si acabara de llegar de una reuniГіn de jГіvenes profesionales.
Mark Swann, vestido de cualquier manera menos formal, sonriГі.В Llevaba una camiseta negra de Los RamonesВ y pantalones vaqueros rotos.В Su cabello estaba recogido en una cola de caballo.
–¿En el sentido existencial? —dijo.
Murphy sacudió la cabeza. —No, en el sentido de por qué estamos todos juntos en esta habitación en mitad de la noche.
La sala de reuniones, a lo que Don Morris a veces se referГa con optimismo como elВ Centro deВ Mando, era una larga mesa rectangular con un dispositivo de altavoz montado en el centro.В HabГa puertos de datos, donde las personas podГan enchufar sus ordenadores portГЎtiles, espaciados cada medio metro.В HabГa dos grandes monitores de vГdeo en la pared.
La sala era algo pequeГ±a y Luke habГa estado en reuniones aquГ con hastaВ veinteВ personas.В Veinte personas hacГan que la habitaciГіn pareciera un vagГіn lleno de gente en elВ metro deВ TokioВ en hora punta.
–EstГЎ bien, chicos —dijoВ Don Morris.В Don llevaba una camisa ajustada y las mangas remangadas hasta la mitad de los antebrazos.В TenГa un cafГ© en una gruesa taza de cartГіn frente a Г©l.В Su cabello blanco estaba muy bien recortado, como siВ acabara de ir a la peluquerГa esta tarde.В Su lenguaje corporal era relajado, pero sus ojos eran tan duros como el acero.
–Gracias por venir y tan rápido. Pero dejad a un lado las bromas ahora, si no os importa.
Alrededor de la sala, la gente murmurГі su asentimiento.В AdemГЎs de Don Morris, Swann, Murphy y Luke, Ed Newsam estaba aquГ, relajado en su silla, vestido con una camisa negra de manga largaВ queВ abrazaba su musculado tГіrax.В Llevaba vaqueros y botas de trabajo amarillas Timberland, con los cordones desatados.В ParecГa que esta reuniГіn lo habГa despertado de un sueГ±o profundo.
TambiГ©n estaba Trudy Wellington.В Llevaba una blusa y pantalones formales, como si no se hubiera ido a casa despuГ©s del trabajo.В Llevaba sus gafas rojas encima de la cabeza.В ParecГa alerta, tambiГ©n tomaba cafГ© y ya habГa comenzado a teclear informaciГіn en el ordenador portГЎtil frente a ella.В Lo que fuera que estuviera pasando, ella habГa sido informada la primera.
En el otro extremo de la mesa, cerca de las pantallas de vГdeo, habГa un general de cuatro estrellas alto y delgado, con impecable uniforme verde.В Su cabello gris estaba recortado hasta el cuero cabelludo.В Su cara estaba desprovista de pelo, como si acabara de afeitarse antes de entrar aquГ.В A pesar de lo avanzado de la hora, el tipo parecГa fresco y listo para seguir otrasВ veinticuatro, oВ cuarenta y ocho horas, o el tiempo que fuera necesario.
Luke lo habГa visto una vez antes, pero aunque no fuera asГ, Г©l ya conocГa a ese tipo de hombre.В Cuando se despertaba todas las maГ±anas, hacГa su cama antes de hacer cualquier otra cosa,В ese era el primer logro del dГa y le preparaba para mГЎs.В Antes de que el sol asomara, el tipo probablemente ya habГa corrido diez kilГіmetros y se habГa comido un plato de cereales y bebido un cafГ© de alto octanaje.В Llevaba escrito el orgullo de West PointВ sobre todo su cuerpo.
Sentado a la mesa cerca de Г©l habГa un coronel, con un ordenador portГЎtil frente a Г©l y una pila de papeles.В El coronel todavГa no habГa levantado la vista del ordenador.
–Amigos —dijoВ Don Morris. —Me gustarГa presentaros al general Richard Stark del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos y su ayudante,В el coronel Pat Wiggins.
Don mirГі al general.
–Dick, el grupo de expertos del Equipo de Respuesta Especial está a tu disposición.
–Tal como está —dijo Mark Swann.
Don Morris frunciГі el ceГ±o a Swann, con la mirada queВ le echarГa a un hijo adolescente bocazas, pero no dijo nada.
–Señores, —dijo Stark, luego se inclinó a Trudy. —Y señora. Iré directo al grano. Se está llevando a cabo un ataque con rehenes en el Ártico de Alaska y el Presidente de los Estados Unidos ha autorizado un rescate. Él ha estipulado que el rescate involucre la supervisión y participación de una agencia civil. Y aquà es donde entran ustedes.
–Cuando hablé con el Presidente, se me ocurrió que ustedes nos ofrecen lo mejor de ambos mundos: el Equipo de Respuesta Especial es una agencia civil de aplicación de la ley, pero está compuesta por ex operadores especiales militares. El director del FBI ha autorizado su participación y Don ha sido muy amable al convocar esta reunión en tan corto plazo.
Miró al grupo. —¿Me siguen?
Hubo un murmullo general de acuerdo.
El coronel controlaba la pantalla de vГdeo desde su ordenador portГЎtil.В ApareciГіВ un mapa del norte deВ Alaska, junto con una franja delВ OcГ©ano ГЃrtico.В Un pequeГ±o punto en el mar estaba rodeado de rojo.
–Esta es una situaciГіn en rГЎpido desarrollo.В Lo que puedo decir es que hace una hora y media, unВ grupo de hombres fuertemente armados atacГі y secuestrГі unaВ plataforma petrolera en elВ OcГ©ano ГЃrtico.В HabГa aproximadamenteВ noventaВ hombres ocupando esa instalaciГіn y la isla artificial que la rodea y un nГєmero desconocido de esos hombres murieron en el ataque inicial.В Algunos fueron tomados como rehenes, aunque no sabemos cuГЎntos.
–¿Quién atacó a la plataforma? —preguntó Luke.
El general sacudiГі la cabeza. —No lo sabemos.В Han rechazado nuestros intentos de contacto, aunque han enviado vГdeos de trabajadores de la plataforma, reunidos en una habitaciГіn y retenidos a punta de pistola por hombres con mГЎscaras negras.В El audio del equipo de supervisiГіn de la plataforma nos ha sido puesto a disposiciГіn por la compaГ±Гa propietaria.В El sonido es de baja calidad, pero capta algunas voces.В AdemГЎs del inglГ©s que hablan los trabajadores, parece que hay hombres que hablan un idioma de Europa del Este, posiblemente eslavo, aunque no tenemos evidencia real que lo respalde.
En la pantalla, el mapa cambiГі a imГЎgenes aГ©reas de la plataforma y el campamento que la rodea.В La plataforma petrolera, probablemente deВ treintaВ oВ cuarentaВ pisos de altura, dominaba la primera imagen.В Por debajo de la plataforma habГa numerosos barracones tipo Quonset, asГ como pasarelas entre ellos.В Alrededor del pequeГ±o complejo habГa un vasto mar helado.
ApareciГі una imagen ampliada.В Mostraba el complejo y los edificios en detalle.В No habГa gente de pie en ningГєn lado.В HabГa al menos una docena de cuerpos tirados en el suelo, algunos con halos de sangre a su alrededor.
Otra imagen apareciГі.В Estirada sobre el suelo habГa una gran pancarta blanca con letras negras pintadas a mano.
AMÉRICA MENTIROSOS + HIPÓCRITAS.
–Un mensaje claro —dijo Swann.
–Es cierto que tenemos muy poco con lo que seguir. La pancarta ciertamente sugiere un ataque de ciudadanos extranjeros. Todas nuestras imágenes de drones nos muestran el complejo desprovisto de personal. Los atacantes parecen haber llevado a todos los trabajadores supervivientes al interior. Ya sea dentro de estos edificios que se ven, o a bordo de la propia plataforma, no lo sabemos.
Por un momento, la pantalla quedГі en blanco.
–Tenemos un plan para recuperar las instalaciones, neutralizar a los terroristas y rescatar a cualquier personal civil que aún esté vivo. El plan implica una infiltración y asalto, utilizando principalmente efectivos Navy SEAL en activo, asà como ustedes mismos. Para llevar a cabo ese plan, necesitamos trasladarles al Ártico de Alaska, lo que significa que debemos darnos prisa.
Ed Newsam levantó una mano. —¿Cuándo piensa llevar a cabo este plan?
El general asintiГі. —Esta noche, antes de la primera luz.В Cada experiencia queВ hemos tenido con los terroristas en los Гєltimos aГ±os sugiere que permitir que una situaciГіn se prolongue es una receta para el fracaso y el desastre.В El pГєblico se involucra, al igual que los polГticos.В Los medios lo ponen en bucle en la televisiГіn lasВ veinticuatroВ horas.В Adivinar la respuesta del gobierno se convierte en un pasatiempo nacional.В Un largo enfrentamiento emociona e inspira a los terroristas compaГ±eros de viaje en otros lugares.В ImГЎgenes de rehenes con los ojos vendados, retenidos a punta de pistola…
SacudiГі la cabeza.
–No exploremos ese camino. El grupo en cuestión atacó sin previo aviso y nosotros haremos lo mismo. Atacarlos antes del amanecer, al amparo de la oscuridad, solo unas horas después de su propio asalto, nos permite retomar la iniciativa. Una incursión victoriosa y tengo toda la confianza en su éxito, demostrará a otros grupos terroristas que hablamos en serio.
Stark analizГі las miradas del personal del Equipo de Respuesta Especial.
–Creemos que el Equipo de Respuesta Especial es la agencia civil adecuada para participar en esta operación. Si ustedes no están de acuerdo… —Dejó la frase sin terminar.
Luke tenГa que admitir que a Г©l noВ le gustaba todo esto.В Acababa de dejar a su esposa y a su hijo en la cama.В ВїAhora se suponГa que debГa ir alВ ГЃrtico?
–El Ártico de Alaska tiene que estar a unos cuatro mil kilómetros —dijo Swann. —¿Cómo se supone que vamos a llevar a nuestra gente allà antes del próximo amanecer?
Stark asintió nuevamente. —Algo menos de cuatro mil quinientos kilómetros. Correcto, es un largo camino. Pero les llevamos cuatro horas de adelanto. En la plataforma petrolera, ahora son casi las siete y media de la tarde. Tomaremos ventaja de la diferencia horaria.
Se detuvo un momento.
–Y tenemos la tecnologГa para llevarles allГ mГЎs rГЎpido de lo que imaginan.
* * *
—¿Qué no nos está diciendo? —preguntó Luke.
Estaba sentado en laВ oficina de Don, mirГЎndolo a travГ©s de la amplia extensiГіn del escritorio.
Don se encogiГі de hombros. —Ya sabes que siempre esconden algo.В HayВ algo clasificado sobre la plataforma petrolera, tal vez.В O que saben mГЎs acerca de los autores de lo queВ dicen.В PodrГa ser cualquier cosa.
–¿Por qué nosotros? —preguntó Luke.
–Ya has escuchado al hombre —dijo Don. —Necesitan participación y supervisión civil. La orden viene directamente del Presidente. El hombre es liberal desde hace mucho tiempo y piensa que el ejército es un gran hombre del saco. Poco sabe él que las agencias civiles están repletas de ex militares.
–Pero mira lo pequeños que somos —dijo Luke. —Sin ofender, Don. Pero la Agencia de Seguridad Nacional es una agencia civil. El FBI también lo es. Ambas tienen mucho más alcance que nosotros.
–Luke, nosotros somos el FBI.
Luke asintiГі con la cabeza. —SГ, pero la Oficina propiamente dicha tiene sucursales en el terreno cercano a la acciГіn.В En cambio,В quieren desplazarnos por todo el continente.
Don mirГі a Luke durante un largo momento.В Por primera vez, realmente le sorprendiГі a Luke lo ambicioso que era Don.В El Presidente querГa al Equipo de Respuesta Especial en este asunto. Pero Don lo deseaba igualmente, si no mГЎs.В Estas misiones eran plumas en el sombrero de Don.В Don Morris habГa reunido un equipo de campeones mundiales y querГa que el mundo lo supiera.
–Como sabes —dijo Don, —las oficinas de campo estГЎn llenas de agentes de campo.В Investigadores y policГas, bГЎsicamente.В Nosotros somos un grupo de operaciones especiales.В Para eso estamos preparados y eso es lo que hacemos.В Somos rГЎpidos y ligeros, golpeamos duro y nos hemos ganado una reputaciГіn, no solo de Г©xito en circunstancias difГciles, sino tambiГ©n de total discreciГіn.
Luke y Don se miraron a travГ©s del amplio escritorio.
Don sacudiГі la cabeza. —¿Quieres echarte atrГЎs, hijo?В No pasa nada. No tienes que demostrar nada a nadie y menos a mГ.В Pero en este momento, tu equipo se estГЎ preparando.
Luke se encogió de hombros. —Yo ya estoy preparado.
La amplia sonrisa de Don apareció de repente. —Bien. Estoy seguro de que lo haréis todo bien y estaréis de vuelta aquà para el desayuno.
* * *
—Vamos,В tГo, —dijo Ed Newsam. —Esta misiГіn no se va a resolver sola.
Ed estaba en la puerta de Luke.В Estaba allГ, de pie, cargando con una pesada mochila.В No parecГa entusiasmado ni emocionado.В Si Luke tuviera que usar una palabra para describir el aspecto de Ed, dirГa que estabaВ resignado.
Luke estaba sentado en su escritorio, mirando el telГ©fono.
–El helicóptero está en la plataforma.
Luke asintió con la cabeza. —Entendido. Voy ahora mismo.
Estaban a punto de irse.В Mientras tanto, Luke padecГa una dolencia que Г©l llamabaВ el sГndrome del telГ©fono de milВ kilos.В Era fГsicamente incapaz de levantar el auricular y hacer una llamada.
–Maldición —susurró por lo bajo.
HabГa revisado y vuelto a revisar sus maletas.В Llevaba su equipo estГЎndar para un viaje nocturno.В TenГa su Glock de nueve milГmetros, en su funda de cuero, con varios cargadores repletos adicionales.
Sobre el escritorio habГa una bolsa de ropa con muda para dos dГas.В Una pequeГ±a mochila llena de artГculos de tocador de tamaГ±o de viaje, un montГіn de barritas energГ©ticas y un blГster con media docena de pГldoras Dexedrina estaba depositado al lado de la bolsa de ropa.
Las Dexis eran anfetaminas, estaban prГЎcticamente en el manual de instrucciones para operadores especiales.В Te mantendrГan despierto y alerta durante horas y horas.В Ed a veces las llamaba “las empinadoras mГЎs rГЎpidas”.
Estos eran suministros genГ©ricos, pero no tenГa sentido tratar de ser mГЎs especГfico.В Iban alВ ГЃrtico, la operaciГіn requerirГa equipo especializado y ese equipo se les proporcionarГa cuando aterrizaran.В Trudy ya habГa adelantadoВ lasВ medidas de todos.
AsГ que ahora miraba el telГ©fono.
HabГa salido de la casa sin, apenas una palabra de explicaciГіn para ella.В Por supuesto, ella estaba dormida, pero eso no cambiaba nada.
Y la nota sobre la mesa del comedor tampoco explicaba nada.
Me han llamado para una reuniГіn tardГa.В Puede que tenga que pasar la noche fuera.В Te quiero, L
Una “noche fuera”, sin mГЎs detalles.В ParecГa un universitario copiando para el examen final.В Se habГa acostumbrado a mentirle sobre el trabajo y se estaba convirtiendo en un hГЎbito difГcil de romper.
ВїDe quГ© servirГa decirle la verdad?В PodГa llamarla ahora mismo, despertarla de un sueГ±o profundo, despertar al bebГ© y hacer que comenzara a llorar, Вїtodo para decirle quГ©?
–Hola,В cariГ±o, voy en direcciГіn al CГrculo Polar ГЃrtico, para echar a unos terroristas que han atacado una plataforma petrolГfera.В Hay cadГЎveres por todo el suelo.В SГ, parece que me dirijo hacia otro baГ±o de sangre.В En realidad, puede que nunca te vuelva a ver, pero no te preocupes, vuelve a dormirte.В Dale un beso a Gunner de mi parte.
No, eraВ mejor arriesgarse, llevar a cabo la operaciГіn y confiar en que, entre los Navy SEAL y el Equipo de Respuesta Especial, tenГan las mejores personas para hacer el trabajo.В LlГЎmala por la maГ±ana, despuГ©s de que todo termine.В Si todo sale bien y estГЎis todos de una pieza, dile que tuviste que volar aВ ChicagoВ para entrevistar a un testigo.В ContinГєa alimentando la ficciГіn de que trabajar para el Equipo de Respuesta Especial es principalmente una especie de trabajo de detective, empaГ±ado por algГєn estallido ocasional de violencia.
Bueno, eso es lo que harГa.
–¿Estás listo? —dijo una voz. —Todos los demás están abordando el helicóptero.
Luke levantГі la vista.В Mark Swann estaba de pie en la puerta.В Siempre era un poco sorprendente ver a Swann.В Con su cola de caballo, sus gafas de aviador, el mechГіn de barba rala en su barbilla y lasВ camisetas deВ rock-and-rollВ que siempre llevaba… prГЎcticamente podrГa llevar un letrero colgando del cuello: NO MILITAR.
Luke asintiГі con la cabeza. —SГ, estoy listo.
Swann estaba sonriendo.В No, mejor dicho, estaba radiante, como un niГ±o en Navidad.В Era algo extraГ±o, dado que se enfrentaban a un vuelo tedioso a travГ©s de AmГ©rica del Norte, seguido de un ataque estresante contra un enemigo desconocido.
–Me acabo de enterar de cГіmo nos van a llevar allГ —dijo Swann. —No te lo vas a creer, es absolutamente increГble.
–No sabГa que tГє tambiГ©n venГas en este viaje —dijo Luke.
En todo caso, la sonrisa de Swann se hizo aГєn mГЎs amplia.
–Pues ya lo sabes.
CAPГЌTULO SEIS
5 de septiembre de 2005
08:30 horas, Hora de MoscГєВ (00:30 horas, Hora del Este)
ElВ Acuario
Sede de la DirecciГіn Principal de Inteligencia (GRU)
AerГіdromo de Khodynka
MoscГє, Rusia
—¿Qué noticias hay de nuestro amigo? —dijo el hombre llamado Marmilov.
Estaba sentado en su escritorio, en una oficina del sГіtano sin ventanas, fumando un cigarrillo.В HabГa un cenicero de cerГЎmica, encima del escritorio de acero verde frente a Г©l.В Aunque era temprano, ya habГa cinco colillas de cigarrillos aplastadas en el cenicero.В EnВ el escritorio tambiГ©n habГaВ una taza de cafГ© (aderezado con un chorro de whisky,В Jameson, importado deВ Irlanda).
Por la maГ±ana, el hombre fumaba y bebГa cafГ© solo.В AsГ era como comenzaba su dГa.В Llevaba un traje oscuro y el poco cabello que le quedaba caГa sobre la parte superior de su cabeza, endurecido y sostenido en su lugar por la laca para el cabello.В Todo el hombre era ГЎngulos duros y huesos sobresalientes.В ParecГa casi un espantapГЎjaros.В Pero sus ojos eran agudos y conscientes.
HabГa vivido mucho tiempo y habГa visto muchas cosas.В HabГa sobrevivido a las purgas de la dГ©cada de 1980 y, cuando llegГі el cambio, en la dГ©cada de 1990, tambiГ©n sobreviviГі.В El GRU en sГ habГa quedado intacto, a diferencia de su pobre hermano pequeГ±o, el KGB.В El KGB habГa sido destrozado y dispersado al viento.
El GRU era tan grande y poderoso como siempre, tal vez mГЎs.В Y Oleg Marmilov, deВ cincuenta y ochoВ aГ±os, habГa desempeГ±ado un papel integral en Г©l durante mucho tiempo.В El GRU era un pulpo, la agencia de inteligencia rusa mГЎs grande, con sus tentГЎculos en operaciones especiales, redes de espionaje en todo el mundo, interceptaciГіn de comunicaciones, asesinatos polГticos, desestabilizaciГіn de gobiernos, trГЎfico de drogas, desinformaciГіn, guerra psicolГіgicaВ yВ operaciones de bandera falsa, sin mencionar el despliegue de 25.000 tropas de Г©lite Spetsnaz.
Marmilov era un pulpo que vivГa dentro del pulpo.В Sus tentГЎculos estaban en tantos lugares, que a veces un subordinado acudГa a Г©l con un informe y se quedaba en blanco por un momento antes de recordar:
–Oh sГ.В Eso.В ВїCГіmo va?
Pero algunas de sus actividades estaban muy presentes en su mente.
Atornillado a la parte superior de su escritorio habГa un monitor de televisiГіn.В Para un estadounidense de la edad adecuada, el monitor parecerГa similar a los televisores que funcionan con monedas, que alguna vez adornaron las estaciones de autobuses interurbanos en todo el paГs.
En la pantalla, se mostraban imГЎgenes en directo de cГЎmaras de seguridad.В El hombre asumГa que habГa un retraso en la llegada de datos, posiblemente de medio minuto.В Por lo demГЎs, el metraje iba al momento.
Las imГЎgenes eran oscuras, habГa anochecido, pero Marmilov podГa ver lo suficientemente bien.В Una escalera de hierro que sube por el costado de una plataforma petrolera.В Un grupo de barracones de aluminio corrugado y maltratadas en una parcela de tierra frГa y ГЎrida.В Una pequeГ±a instalaciГіn portuaria en un mar helado, con un pequeГ±o y resistente barco rompehielos atracado.В No parece que haya gente en las imГЎgenes.
Marmilov mirГі al hombre de pie frente a su escritorio.
–¿Y bien? ¿Hay noticias?
El visitante era un hombre mГЎs joven, quien, a pesar de que vestГa un traje de negocios civil monГіtono y mal ajustado, parecГa estar en posiciГіn de firmes.В Se quedГі mirando algo en una distancia imaginaria, en lugar de mirar al hombre sentado delante de Г©l.
–SГ, seГ±or.В Nuestro contacto ha transmitido el mensaje de que se ha elegido un grupo de comandos.В La mayorГa de ellos estГЎn yaВ agrupados en el campo de aviaciГіn de Deadhorse, Alaska.В Varios mГЎs, que representan la supervisiГіn civil del proyecto, estГЎn de camino en un aviГіn supersГіnico y llegarГЎn en las prГіximas horas.
El hombre hizo una pausa. —A partir de entonces, probablemente pasará muy poco tiempo antes de que se despliegue la fuerza de asalto.
–¿Es fiable esta información? —preguntó Marmilov.
El hombre se encogiГі de hombros. —Proviene de una reuniГіn secreta celebrada en la propia Casa Blanca.В La reuniГіn podrГa por supuesto ser una trampa, pero creemos que no.В El Presidente estuvo presente, al igual que los miembros del mando militar.
–¿Conocemos el método de ataque?
El hombre asintió con la cabeza. —Creemos que desplegarán hombres rana, que nadarán hacia la isla artificial, emergerán debajo del hielo y llevarán a cabo el ataque.
Marmilov pensГі en eso. —El agua debe estar bastante frГa.
El hombre asintiГі con la cabeza. —SГ.
–Suena como una misiГіn bastante difГcil.
Ahora el joven mostrГі el fantasma de una sonrisa. —Los hombres rana llevarГЎn un equipo submarino engorroso, diseГ±ado para protegerlos del frГo y nuestra inteligencia sugiere que llevarГЎn sus armas en paquetes sellados.В Cuentan con el elemento sorpresa, un ataque furtivo deВ buzos de Г©liteВ altamenteВ entrenados.В Se pronostica que el clima serГЎ muy malo y volar serГЎ difГcil.В Hasta donde sabemos, no se planea ningГєn ataque simultГЎneo por mar o por aire.
–¿Pueden repelerlos nuestros amigos? —preguntó Marmilov.
–Teniendo en cuenta la advertencia anticipada de su aproximación y conociendo el método de ataque, es posible que nuestros amigos los estén esperando y los maten a todos. Después de eso…
El hombre se encogió de hombros. —Por supuesto, los estadounidenses dejarán caer el martillo. Pero eso no será asunto nuestro.
Oleg Marmilov le devolviГі la sonrisa al joven.В Dio otra calada al cigarrillo.
–Excepcional —dijo. —Mantenme informado de los acontecimientos.
–Por supuesto.
Marmilov señaló el monitor de su escritorio. —Y, naturalmente, soy un gran aficionado al deporte. Cuando comience la acción, veré cada momento en la TV.
CAPГЌTULO SIETE
00:45 horas, Hora del Este (20:45 horas, Hora de Alaska del 4 de septiembre)
Los cielos sobre la PenГnsula Superior
Michigan
El aviГіn experimental saliГі disparado a travГ©s del cielo negro.
Luke nunca habГa estado en un aviГіn como este.В Todo era inusual.В Cuando los integrantes del Equipo de Respuesta Especial se acercaron a la pista, las luces se apagaron.В No solo las luces del aviГіn en sГ, sino las luces cercanas de la pista y del aeropuerto.В El aviГіn estaba depositado allГ en algo cercano a la oscuridad total.
Su fuselaje tenГa una forma extraГ±a.В Era muy estrecho, con una nariz caГda, como un pГЎjaro que sumerge su pico en el agua.В Los estabilizadores traseros tenГan una forma triangular extraГ±a que Luke no habГa visto antes.
En el interior, el diseГ±o de la cabina tambiГ©n era inusual.В En lugar de estar configurado como un tГpico aviГіn de empresa o del PentГЎgono, o incluso el jet del Equipo de Respuesta Especial, con asientos de tipo cubo y mesas desmontables, la cosa se habГa diseГ±ado como la sala de estar de alguien.
HabГa un largo sofГЎ seccional a lo largo de una pared, su respaldo alto bloqueaba donde normalmente habrГa pequeГ±as ventanas ovaladas.В HabГa dos sillones reclinables frente a Г©l y, entre el sofГЎ y los sillones, una pesada mesa de madera, como una mesa de cafГ©, atornillada al suelo.В MГЎs extraГ±o aГєn, directamente enfrente del sofГЎ habГa una televisiГіn extragrande de pantalla plana, bloqueando donde deberГa estar la otra hilera de ventanas.
Lo mГЎs curioso de todo, desde donde Luke estaba sentado en el sofГЎ, a su izquierda habГa un tabique de vidrio grueso.В Una puerta de cristal estaba tallada en el centro.В Al otro lado de la particiГіn habГa otra cabina de pasajeros, esta con asientos mГЎs tГpicos de un pequeГ±o aviГіn de pasajeros.В Dos hombres estaban sentados dentro de esa cabina, discutiendo algo y mirando la pantalla de un ordenador portГЎtil.
El tabique de cristal era aparentemente a prueba de ruido, ya que los hombres parecГan estar hablando normalmente y Luke no podГa escuchar nada de lo que decГan.В Los hombres tenГan aspecto y porte militar, uno con chaqueta y corbata y otro conВ camisetaВ y vaqueros.В El hombre de laВ camisetaВ era grande y musculoso.
–Es unВ SST —dijo Swann.В Estaba sentado en el sofГЎ con Luke, justo al otro lado de Trudy Wellington, que estaba sentada entre ellos, estudiando documentos en su ordenador portГЎtil.В La mera existencia del aviГіn parecГa excitar a Swann de una manera que Luke no entendГa muy bien.
–Supersónico, pero no un avión de combate, sino de pasajeros. Dado que los franceses se rindieron con el Concorde y los rusos se rindieron con el Tupolev, nadie en la Tierra ni siquiera reconocerá haber trabajado en aviones supersónicos de pasajeros.
–Supongo que alguien ha estado trabajando en este —dijo Luke.
Murphy, sentado en uno de los sillones reclinables, hizo un gesto con la cabeza hacia el tabique de cristal.
–Me pregunto quién son los monos que están detrás de la puerta número tres.
El gran Ed Newsam, tumbado como una gran montaГ±a en el otro sillГіn reclinable, asintiГі lentamente. —Yo tambiГ©n, tГo.
–No os preocupéis por eso —dijo Swann. Señaló la pantalla de televisión frente al sofá. La pantalla mostraba actualmente una imagen de un avión, bordeando la frontera norte de los Estados Unidos sobre el estado de Michigan. Los datos al pie de la imagen mostraban la altitud, velocidad y tiempo hasta el destino.
–Mirad esos nГєmeros.В Altitud 17.500 metros.В Velocidad 2.100 kilГіmetros por hora, aproximadamente Mach 2, el doble de la velocidad del sonido.В Llevamos en el aire poco mГЎs deВ treintaВ minutos y solo nos quedan unas dos horas y media para llegar.В Absolutamente inimaginable para un aviГіn de este tamaГ±o, que imagino que tiene aproximadamente el mismo perfil que un Gulfstream tГpico.В ВїTe imaginas el empuje que tiene que tener esta cosa para superar la resistencia?В Y ni siquiera se ha escuchado una explosiГіn sГіnica.
Se detuvo por un segundo y mirГі a su alrededor.
–¿Habéis escuchado algo?
Nadie le respondiГі.В Todos los demГЎs parecГan tener en mente el destino, la misiГіn y la naturaleza misteriosa de los dos hombres en la otra habitaciГіn.В La forma en que estaban llegando al destino era irrelevante.В Para Luke, el aviГіn era solo otro juguete de niГ±os grandes, probablemente demasiado caro.
Pero a Swann le encantaban sus juguetes. —Una observación sobre nuestra ruta de vuelo. Estamos de camino hacia el Ártico de Alaska y, de lejos, la forma más eficaz de llegar es cruzando Canadá con un movimiento en diagonal al noroeste a través de su corazón. Pero, en vez de eso, estamos bordeando la frontera. ¿Por qué?
–¿Porque nos gusta la ineficiencia? —dijo Ed Newsam y sonrió.
Swann ni siquiera entendió el chiste. Sacudió la cabeza. —No. Porque si cruzamos Canadá, tenemos que explicarles lo que es esta cosa, que se mueve a dos veces la velocidad del sonido, por encima de su espacio aéreo. Pueden ser uno de nuestros aliados más cercanos, pero no queremos contarles nada acerca de este avión. Eso me dice que está clasificado.
–En la práctica, —dijo Trudy, sin levantar la vista de su equipo—, tendremos que cruzar a Canadá en algún momento. Alaska no está unida al resto de los Estados Unidos.
Swann mirГі a Trudy.
–Ay, —dijo Ed. —LecciГіn de geografГa.В Eso ha tenido que doler.
–¿Podemos hablar de otra cosa? —dijo Murphy. —¿Por favor?
Luke mirГі a Trudy Wellington, sentada a su lado.В Estaba acurrucada en el sofГЎ en una pose habitual en ella, con las piernas cruzadas debajo.В PodrГa estar sentada en el sofГЎ de su casa, comiendo palomitas de maГz y a punto de ver una pelГcula.В Su cabello rizado le colgaba y sus gafas rojas estaban en la punta de su nariz.В Se estaba desplazando por una pantalla.
–¿Trudy? —dijo Luke.
Ella levantó la vista. —¿S�
–¿Qué estamos haciendo aqu�
Ella lo mirГі fijamente.В Sus ojos encantadores se abrieron de sorpresa.
–La mejor suposición —dijo él. —¿Quiénes son los terroristas, qué quieren, por qué han atacado una plataforma petrolera y por qué ahora?
–¿Eso te va a ayudar? —contestó ella. —Quiero decir, ¿con la misión?
Luke se encogiГі de hombros. —PodrГa.В Parece que estamos a ciegas acerca de todo y nadie parece interesado en iluminarnos ni un poco.
–O hablar con nosotros, en cualquier caso —dijo Murphy.В SeguГa mirando a los hombres al otro lado del cristal.
–Está bien —dijo Trudy. —Os voy a contar la parte fácil, primero. ¿Por qué atacar una plataforma petrolera y por qué ahora? Después haré una suposición muy confusa acerca de quiénes son y lo que quieren.
Luke asintiГі con la cabeza. —Somos todo oГdos.
–Voy a suponer que nadie tiene conocimiento previo, —dijo Trudy.
Ed Newsam estaba tan relajado en su sillГіn que parecГa que podrГa caerse al suelo. —Esa es probablemente la suposiciГіn mГЎs cierta queВ he oГdo en todo el dГa.
Trudy sonriГі. —ElВ OcГ©ano ГЃrtico seВ estГЎ derritiendo —dijo. —La gente, los paГses, los medios de comunicaciГіn, las grandes corporaciones, todos debaten sobre los efectos a largo plazo del calentamiento global, o si es que existe.В El consenso entre la gran mayorГa de los cientГficos es queВ estГЎ pasando.В Nadie estГЎ obligado a estar de acuerdo con ellos, pero lo que no se puedeВ negar es que las capas de hielo polares, que en gran medida estГЎn congeladas desde el comienzo de la historia humana, ahora se estГЎn derritiendo, queВ lo estГЎn haciendo rГЎpidamente y a un ritmo acelerado.
–TerrorГfico —dijoВ Mark Swann. —El fin del mundo tal como lo conocemos.
–Y me siento bien —agregó Murphy.
Trudy se encogió de hombros. —No vayamos tan lejos. Quedémonos solo con lo que sabemos. Y lo que sabemos es que, cada año, el Océano Ártico tiene menos hielo que el año anterior. En poco tiempo, posiblemente dentro de nuestras vidas, puede que el hielo desaparezca completamente. Ya, la capa de hielo es más delgada y cubre menos superficie, durante menos meses del año, que en cualquier otro momento que sepamos.
–Y esto significa… —dijo Luke.
–Significa que elВ ГЃrtico seВ estГЎ abriendo.В Se abrirГЎn rutas de envГo que nunca antes habГan tenido trГЎfico.В En este lado del mundo, estamos hablando del Paso del Noroeste, que se extiende entre islas canadienses y queВ CanadГЎВ considera dentro de su territorio soberano.В En el otro lado del ГЃrtico, estamos hablando del Paso del Noreste, que bordea la costa norte deВ RusiaВ y queВ RusiaВ considera sus aguas territoriales.В En particular, cuando el hielo se abra para siempre, el Pasaje del Noreste ruso se convertirГЎ en la ruta de envГo mГЎs corta y rГЎpida entre las fГЎbricas de Asia y los mercados de consumo enВ Europa.
–Y si los rusos lo controlan… —comenzó Murphy.
Trudy asintiГі con la cabeza. —Correcto.В ControlarГЎn la mayor parte del comercio mundial.В Pueden gravarlo, cobrar aranceles y los puertos rusos, que han sido en su mayorГa puestos avanzados congelados durante cientos de aГ±os, pueden convertirse repentinamente en puertos de escala.
–Y, si asГ lo desearan, podrГan…
Trudy seguГa asintiendo. —SГ, podrГan cerrarlo.В Mientras tanto, elВ Pasaje del NoroesteВ es un poco incierto.В Si miras un mapa, realmente es parte deВ CanadГЎ.В PeroВ Estados UnidosВ quiere reclamarlo, potencialmente creando conflictos entre dos paГses vecinos, aliados a largo plazo y socios comerciales.
–Asà que piensas que los rusos… —comenzó Ed.
Trudy levantГі una mano. —Pero esoВ no es todo.В Hay ocho paГses que rodean elВ OcГ©ano ГЃrtico.В Los Estados Unidos, CanadГЎ y Rusia, por supuesto, pero tambiГ©n Suecia, Noruega, Islandia, Finlandia y Dinamarca.В DinamarcaВ reclama la posesiГіn delВ territorioВ deВ Groenlandia.В Y la cuestiГіn mГЎs importante es que se cree que un tercio de las reservas mundiales de petrГіleo y gas natural, que aГєn estГЎn sin explotar, se encuentran bajo el hielo delВ ГЃrtico.
Todos la miraron.
–Todos quieren esos combustibles fГіsiles.В Los paГses que no tienen reclamaciones vГЎlidas de territorios en el ГЃrtico, comoВ Gran BretaГ±aВ yВ China, tambiГ©n estГЎn participando en la acciГіn, buscando construir alianzas y obtener derechos de perforaciГіn.В China ha comenzado a referirse a sГ misma como un paГs cercano al ГЃrtico.В Gran BretaГ±a ha comenzado a hablar mucho sobre sus socios del ГЃrtico.
–Eso no explica quién lo hizo —dijo Luke.
Trudy sacudió la cabeza y sus rizos rebotaron un poco. —No. Como he dicho, primero os estaba contando la parte fácil. ¿Por qué atacar una plataforma petrolera en el Ártico y por qué ahora? La respuesta es que la carrera por los recursos naturales del Ártico está en marcha y que va a ser una carrera a muerte. Las personas van a ser asesinadas, de la misma forma en que las han estado asesinando desde que se descubrió el petróleo en Oriente Medio, a principios del siglo XX. El Ártico es un punto de inflexión emergente para la competición entre las principales potencias y, como resultado, para la violencia e incluso la guerra. Es lo que viene.
Luke sonriГі.В Trudy siempre parecГa tener las respuestas, pero a veces necesitaba que la sacudieran un poco para compartir sus conclusiones.
–Entonces… ¿quién ha sido?
Pero ella no estaba lista para jugar a ese juego.В Se limitГі a negar con la cabeza otra vez.
–Imposible decirlo con certeza.В Hay mГЎs actores aparte de aquellos paГses involucrados.В Hay grupos indГgenas repartidos por todo elВ ГЃrtico, como esquimales, aleut, inuit y muchos otros.В Todos estos grupos estГЎn preocupados por el nuevo interГ©s en elВ ГЃrtico.В EstГЎn preocupados por la pГ©rdida de sus tierras, sus culturas y sus derechos tradicionales de caza.В TambiГ©n estГЎn preocupados por los vertidos de petrГіleo y otros desastres medioambientales.В En general, los pueblos indГgenas no tienen una historia de buenas experiencias con paГses poderosos y grandes corporaciones.В EstГЎn muy recelosos de lo queВ se avecina y algunos de los grupos que ya estГЎn radicalizados.
–Pero son lo suficientemente grandes y están bien entrenados…
–Por supuesto que no —dijo Trudy. —No por sГ mismos.В Pero no podemosВ dejar de pensar que cualquiera estГ© actuando por su cuenta.В Hay docenas de grupos ecologistas, varios de los cuales tambiГ©n estГЎn radicalizados.В Hay grandes corporaciones, especialmente compaГ±Гas petroleras, compitiendo por un puesto.В Hay paГses de Oriente Medio que se preguntan si la exploraciГіn petrolera en elВ ГЃrticoВ estГЎ a punto de dejarlos en la estacada.В Y, por supuesto, estГЎnВ RusiaВ yВ China.
–La pancarta —dijo Luke.
–SГ.В La pancarta llama hipГіcritas y mentirosos aВ los Estados Unidos.В Eso noВ nos dice mucho, pero su sencillez y la sintaxis ilegible indica que las personas que escribieron la pancarta no son hablantes nativos de inglГ©s.В Mientras tanto, la profesionalidad aparente del ataque sugiere, al menos, un alto nivel de formaciГіn, incluida el entrenamiento en clima frГo y, probablemente, experiencia en combate.
Luke podГa ver a dГіnde se dirigГa con esto.
–La mayor parte de los paГses del ГЃrtico son o bien estrechos aliados nuestros, como CanadГЎ, Noruega y Suecia, o tienen relaciones entre neutras y amistosas con nosotros, como Islandia, Dinamarca y Finlandia.В Y yo no creo que los rusos o los chinos nos atacarГan directamente, sobre todo, no despuГ©s de todo el problema reciente.В Pero, ВїfinanciarГan y entrenarГan a un perro de presa, un grupo que, o bien se siente privado de sus derechos por nosotros, o prevea que estГЎn a punto de verse privados de sus derechos?
Ella hizo una pausa.
–Por supuesto que lo harГan —dijo Swann.
Trudy asintiГі con la cabeza. —PodrГan, simplemente.
–Entonces, ¿un nuevo grupo radical antiamericano, algo asà como un Al Qaeda del Ártico?
Trudy se encogiГі de hombros. —No puedoВ asegurarlo.В PodrГa ser un grupo o grupos indГgenas armados y entrenados.В PodrГan ser supremacistas blancos del viejo mundo vikingo, que esperan ver restaurada la gloria de los paГses escandinavos.В Demonios, podrГan ser losВ separatistas deВ Quebec.В No lo sГ©.
A la izquierda de Luke, la puerta de cristal de la otra cabina de pasajeros se abrió. Los dos hombres entraron. —Buenas conjeturas, Sra. Wellington —dijo el mayor de los dos hombres. —Probablemente equivocadas, pero a medida que avanza el escenario, bastante buenas, de todos modos.
* * *
El chico mГЎs joven vestГa vaqueros y unaВ camiseta.В Los pantalones abrazaban sus musculosas piernas.В LaВ camisetaВ envolvГa su musculoso pecho.В La camisa tenГa dos palabras en la parte delantera, muy pequeГ±as, blancas sobre fondo negro.
GET HARD.
–Chicos, soy el Capitán Brooks Donaldson, del Grupo de Desarrollo Especial de Guerra Naval de los Estados Unidos, a veces llamado DEVGRU, a menudo llamado SEAL Equipo Seis.
Estaba sosteniendo un traje de neopreno naranja grueso, completo con capucha, manos enguantadas y botas.В ExtraГ±o para un Navy SEAL, acababa de dejar una lata de refresco sobre la mesa.В Luke lo mirГі fijamente.В Cerveza de jengibre Dr. Peck.
–Quiero hablaros a todos un poco sobre la hipotermia.В Es importante que pensemos en ello.В Por lo que sabemos de congelaciГіn y su fisiologГa, nadie puede predecir exactamente con quГ© rapidez y a quiГ©n afectarГЎ la hipotermiaВ y si va a matar cuando lo haga.В Sabemos queВ hay mГЎs probabilidades de que mate a los hombres que a las mujeres y queВ es mГЎs letal para los delgados y musculosos, como todos los de esta sala, que para las personas con una gran cantidad de grasa corporal.В Perdona menos a las personas que ignoran sus efectos.В En otras palabras, si no estГЎs preparado para afrontarla y no sabes quГ© hacer, te puede matar fГЎcilmente.
A Luke ya no le gustaba dГіnde iba esto.В Nadie le habГa dicho que esperara nada sobre trajes de neopreno, hipotermia o los Navy SEAL que bebГan refrescos.В El hombre, Donaldson, seГ±alГі el traje de neopreno en sus manos.
–Este traje es vuestra primera lГnea de defensa contra la hipotermia.В El traje de la demostraciГіn es de color naranja y vuestros trajes de operaciГіn serГЎn de color negro, pero no dejГ©is que eso os distraiga.В Solo imaginad que este es negro.В En naranja o negro, o pГєrpura o rosa, o cualquier color en absoluto, son de Гєltima generaciГіn, probablemente los mejoresВ trajes de inmersiГіn en agua helada existentes en el momento actual.В Proporcionan protecciГіn contra la flotaciГіn y la hipotermia.В Sus caracterГsticasВ incluyen arnГ©s de elevaciГіn, guantes aislantes de cinco dedos para calidez y destreza, almohada inflable para la cabeza, protector y sello facial hermГ©tico, muГ±ecas y tobillos ajustables, neopreno ignГfugo de 5 mm, silbato de gran alcance, bolsillo ligero y botines de suela gruesa antideslizante.В PeroВ es un poco laborioso de poner y quitar en condiciones de tormenta.В Y yoВ os voy a mostrar cГіmo hacerlo.
Todos en la cabina lo miraban.
–¿Alguna pregunta antes de comenzar?
Murphy levantГі una mano.
–SГ, agente…
–Murphy.
–SГ, agente Murphy.В Dispara.
Murphy mirГі la lata de cerveza de jengibre sobre la mesa.В FrunciГі el ceГ±o, solo un poco.В Murphy era un irlandГ©s del Bronx.В Luke no tenГa claro lo que MurphyВ pensaba exactamente sobre la cerveza de jengibre, pero parecГa que noВ le gustaba.
–¿De qué estamos hablando aqu�
Donaldson parecГa confundido. —¿CГіmo que de quГ© estamos hablando?
Murphy asintiГі con la cabeza.В Hizo un gesto hacia el traje naranja. —SГ.В Eso.В ВїPor quГ© nos lo cuentas?В No somos SEAL.В No somos buzos en absoluto.В Newsam, Stone y yo somos todos ex Fuerzas Delta.В Asalto aГ©reo.В Yo era del 75 Regimiento de los Rangers antes de Delta, Stone era del 75 tambiГ©n, Newsam era…
Hizo una pausa y mirГі a Ed.В Ed estaba muy hundido en su silla.В UnВ poco mГЎs y resbalarГa al suelo.
–Del 82 Aéreo —dijo Ed.
–Aéreo —dijo Murphy. —De nuevo esa palabra. Nos puedes enseñar ese traje desde ahora hasta que aterricemos y toda la próxima semana, pero eso no nos va a convertir de repente en buceadores.
–Yo he hecho algo de buceo —dijo Ed.
Murphy lo mirГі fijamente.В Luke no estaba seguro, pero noВ recordaba haber visto nunca a nadie mirar a Ed de esa manera.В Murphy era un vehГculo sin marcha atrГЎs.
–Gracias —dijo. —Tus naufragios en Aruba realmente apoyan mi argumento.
Ed sonriГі y se encogiГі de hombros.
El SEAL asintiГі. —Entiendo lo que dices.В Pero esta es una operaciГіn submarina.В Vamos a salir del agua en un campamento temporal que acaba de ser construido sobre una capa de hielo flotante a dos kilГіmetros de la plataforma petrolera.В PensГ© que lo sabГas.
Luke sacudió la cabeza. —Esta es la primera vez que lo escuchamos.
–No hay manera de entrar allà en barco —dijo Donaldson. —Tenemos que suponer que nuestros oponentes tendrán cubiertos todos los puntos de aproximación. Parecen disponer de armamento pesado. Cualquier bote que se abra camino a través del hielo hacia esa plataforma petrolera será atacado fuertemente.
–¿Podemos entrar desde el cielo? —preguntó Luke.
Donaldson sacudió la cabeza. —Aún peor. Se espera que una tormenta pase por esa zona en las próximas horas. No querrás caer del cielo durante una tormenta ártica, te lo prometo. Y aunque se despejara, entonces te tienen a tiro mientras bajas. Es como disparar a los patos. Solo hay una forma de entrar y es salir de debajo del hielo y tomarlos por sorpresa.
Él se detuvo. —Y vamos a necesitar toda la sorpresa que podamos conseguir. Por muy fuerte que entremos, tenemos que mantener al menos uno de los atacantes vivo.
–¿Por qué? —dijo Ed.
Donaldson se encogiГі de hombros. —Necesitamos saber quГ© querГan estos hombres, cuГЎl era su plan y si han actuado solos.В Queremos saberlo todo sobre ellos.В Suponiendo que no nos van a dejar una especie de manifiesto y puesto que nadie ha reivindicado la responsabilidad del ataque hasta el momento, tenemos que asumir que la Гєnica manera de conseguir la informaciГіn es mediante la captura de al menos uno de ellos y preferiblemente mГЎs de uno.
Ahora, a Luke realmente no le gustaba.В Iban a entrar desde debajo del hielo y cuando subieran, se suponГa que capturarГan a alguien.В ВїY si fueran yihadistas que no se dejaran atrapar?В ВїY si peleaban hasta su Гєltimo aliento?
Toda la operaciГіn parecГa apresuradamente organizada y mal pensada.В Pero, claro, ВїcГіmo no iba a ser asГ, cuando el plan era recuperar la plataforma petrolera la misma noche en que fue atacada y, de hecho, solo unas horas despuГ©s?
No tenГan informaciГіn sobre los atacantes.В No hubo comunicaciГіn.В No sabГan de dГіnde eran, lo que querГan, las armas que tenГan, o quГ© otras habilidades.В Ni siquiera sabГan lo que harГan los atacantes cuando fueran sorprendidos.В ВїMatarГan a todos los rehenes?В ВїSe suicidarГan volando la plataforma?В Nadie lo sabГa.
Por lo tanto, todo el grupo iba a ciegas.В Peor aГєn, se suponГa que el equipo de Luke era la supervisiГіn civil, pero iban a participar en una misiГіn bajo el agua, agua helada, algo para lo que no estaban entrenados.В Muy pocos y muy preciados soldados estadounidenses tenГan entrenamiento para la inmersiГіn en agua helada.
–Todo esto —dijo Murphy, —me parece FUBAR[2 - FUBAR. Acrónimo militar de “Fucked Up Beyond All Reason/Recognition/Repair”, que significa “Estamos jodidos sin remedio”. (Nota de la Traductora)].
Luke no estaba seguro de si estaba completamente de acuerdo.В Pero era consciente del hecho de que Murphy probablemente todavГa pensaba queВ lasВ malas decisiones deВ LukeВ habГan supuesto la muerte de todo su equipo de asalto enВ AfganistГЎn.
Si Murphy, o Ed, o incluso SwannВ oВ Trudy decidieran que querГan salir de esta misiГіn, Luke no se opondrГa.В La gente tenГa que tomar sus propias decisiones, no podГaВ decidir por ellos.
De repente, deseГі haber hablado con Becca antes de partir en este viaje.В Ahora era demasiado tarde.
–Tenemos menos de dos horas hasta nuestroВ destino —dijo el hombre mayor, echando un vistazo a su reloj.В MirГі a Donaldson, que todavГa sostenГa el grueso traje naranja.В Luego hizo un movimiento giratorio con la mano, como si las agujas de un reloj se movieran rГЎpidamente.
–Sugiero que inicies la demostración.
CAPГЌTULO OCHO
09:15 horas, Hora de MoscГє (22:15 horas, Hora de Alaska del 4 de septiembre)
ElВ Acuario
Sede de la DirecciГіn Principal de Inteligencia (GRU)
AerГіdromo de Khodynka
MoscГє, Rusia
El humo azul se elevГі hacia el techo.
–Hay una gran cantidad de movimiento —dijo el Гєltimo visitante, un hombre barrigГіn con el uniforme del Ministerio del Interior. Su voz desmentГa una cierta ansiedad. No se percibГa en el timbre de la voz. No temblГі ni se agrietГі. HabГa que tener los oГdos adecuados para escucharlo. El hombre tenГa miedo.
–Sà —dijo Marmilov. —¿EsperarГas menos de ellos?
Aunque la oficina no tenГa ventanas, la luz habГa cambiado a medida que avanzaba la maГ±ana. El cabello caГdo y endurecido de Marmilov ahora parecГa una especie de casco de plГЎstico oscuro. Las luces del techo parecГan tan brillantes que era como si Marmilov y su invitado estuvieran sentados en el desierto al mediodГa y el sol proyectara sombras profundas en las fisuras talladas en la piedra antigua de la cara de Marmilov.
La gente a veces se preguntaba por quГ© un hombre con tanta influencia eligiГі dirigir su imperio desde esta tumba, debajo de este edificio sombrГo, desmoronado y en ruinas a las afueras del centro de MoscГє. Marmilov conocГa esta incГіgnita porque los hombres, especialmente los hombres poderosos, o aquellos que aspiraban a serlo, a menudo le hacГan esta misma pregunta.
–¿Por qué no una oficina arriba, en una esquina, Marmilov? Un hombre como usted, cuyo mandato supera con creces el GRU, ¿por qué no ser transferido al Kremlin, con una amplia vista sobre la Plaza Roja y la oportunidad de contemplar los hechos de nuestra historia y los grandes hombres que han venido antes? ¿O tal vez solo ver pasar a las chicas guapas? ¿O, al menos, una oportunidad de ver el sol?
Marmilov sonreГa y decГa: —No me gusta el sol.
–¿Y chicas bonitas? —podrГan decir sus amables torturadores.
Ante esto, Marmilov sacudГa la cabeza. —Soy un hombre viejo. Mi esposa es lo suficientemente buena para mГ.
Nada de esto era cierto. La esposa de Marmilov vivГa a cincuenta kilГіmetros de la ciudad, en una finca que databa de antes de la RevoluciГіn. Apenas la veГa y ni ella ni Г©l tenГan problemas con este arreglo. En lugar de pasar tiempo con su esposa, vivГa en una moderna suite de hotel en el Ritz Carlton de MoscГє y se deleitaba con una dieta constante de mujeres jГіvenes, llevadas directamente hasta su puerta. Las pedГa como servicio de habitaciones.
HabГa oГdo que las chicas y, por lo que sabГa, sus proxenetas tambiГ©n, se referГan a Г©l como el Conde DrГЎcula. El apodo lo hacГa sonreГr. No podrГan haber elegido uno mГЎs adecuado.
La razГіn por la que se quedaba en el sГіtano de este edificio y no se mudaba al Kremlin, era porque no querГa ver la Plaza Roja. Aunque amaba la cultura rusa mГЎs que a nada, durante su jornada laboral no querГa que sus acciones se contaminaran con sueГ±os del pasado. Y especialmente no querГa que se vieran perjudicadas por las desafortunadas realidades y las medias tintas del presente.
La visiГіn de Marmilov se concentraba en el futuro. Estaba empeГ±ado en ese pensamiento.
HabГa grandeza en el futuro. HabГa gloria en el futuro. El futuro ruso superarГa y luego eclipsarГa, los desastres patГ©ticos del presente y tal vez incluso las victorias del pasado.
El futuro se acercaba y Г©l era su creador. Г‰l era su padre y tambiГ©n su partera. Para imaginarlo completamente, no podГa permitirse distraerse con mensajes e ideas contradictorias. Necesitaba una visiГіn pura y para lograrlo, era mejor mirar a una pared en blanco que por la ventana.
–No, desde luego —dijo el hombre gordo, Viktor Ulyanov. —Pero creo que hay algunos en nuestro cГrculo que estГЎn preocupados por la actividad.
Marmilov se encogió de hombros. —Por supuesto.
Siempre habГa quienes estaban mГЎs preocupados por sus propios cuellos que por llevar a la gente a un futuro mГЎs brillante.
–Y hay algunos que creen que cuando el Presidente…
ВЎEl Presidente!
Marmilov casi se rio. El Presidente era un obstГЎculo en el camino hacia la grandeza de este paГs. Era un impedimento, uno de importancia menor. Desde que este Presidente tomГі las riendas de manos de su mentor alcohГіlico Yeltsin, la comedia de errores de Rusia habГa empeorado, no mejorado.
ВїPresidente de quГ©? ВЎPresidente de basura!
El Presidente tenГa que vigilar sus espaldas, como decГa el dicho. O pronto podrГa encontrar un cuchillo sobresaliendo por allГ.
–¿S� —dijo Marmilov. —Preocupados por cuando el Presidente… ¿qué?
–Lo descubra —dijo Ulyanov.
Marmilov asintió y sonrió. —¿S� Lo descubre… ¿Qué pasará entonces?
–Habrá una purga —dijo Ulyanov.
Marmilov mirГі a Ulyanov, entrecerrando los ojos en la bruma de humo. ВїPodrГa el hombre estar bromeando? La broma no serГa que el descubrimiento de Putin llevarГa a una purga. Si se manejaba incorrectamente, por supuesto que sГ. La broma serГa que, a estas alturas de los preparativos, Ulyanov y otros sin nombre, de repente, estuvieran pensando en tal cosa.
–El Presidente se enterarГЎ cuando sea demasiado tarde —declarГі Marmilov simplemente. —El Presidente mismo serГЎ quien sea purgado —Ulyanov y cualquier otro por quien estuviera hablando, deberГan saberlo. Ese habГa sido el plan desde el principio.
–Existe la preocupación de que estamos organizando un baño de sangre —dijo Ulyanov.
Marmilov sopló humo en el aire. —Mi querido amigo, no estamos organizando nada. El baño de sangre ya está organizado. Se organizó hace años.
AquГ, en la guarida de Marmilov, un ordenador portГЎtil habГa brotado como un hongo al lado de la pequeГ±a pantalla de televisiГіn de su escritorio. El televisor aГєn mostraba imГЎgenes del circuito cerrado de cГЎmaras de seguridad en la plataforma petrolera. El ordenador portГЎtil mostraba transcripciones de comunicaciones estadounidenses interceptadas, traducidas al ruso.
Los estadounidenses estaban estrechando el cerco alrededor de la plataforma petrolera capturada. Un anillo de bases avanzadas temporales aparecГa en el hielo flotante, a pocos kilГіmetros de la plataforma. Los equipos de operaciones encubiertas estaban en alerta mГЎxima, preparГЎndose para atacar. Un jet supersГіnico experimental habГa recibido autorizaciГіn y habГa aterrizado en Deadhorse hace unos treinta minutos.
Los estadounidenses estaban listos para atacar.
–Nunca tuvimos la intenciГіn de mantener la plataforma bajo control durante mucho tiempo —dijo Marmilov. —Por eso usamos un proxy. SabГamos que los estadounidenses recuperarГan sus propiedades.
–Sà —dijo Ulyanov. —¿Pero la misma noche?
Marmilov se encogiГі de hombros. —Antes de lo esperado, pero el resultado serГЎ el mismo. Sus equipos de asalto iniciales se enfrentarГЎn con el desastre. Un baГ±o de sangre, como dices. Cuanto mГЎs grande, mejor. Su hipocresГa con respecto al medio ambiente quedarГЎ expuesta. Y el mundo tendrГЎ ocasiГіn de recordar sus crГmenes de guerra del pasado no muy lejano.
–¿Y cuánto de esto nos salpicará? —dijo Ulyanov.
Marmilov inhalГі otra calada profunda de su cigarrillo. Era como el aliento de la vida misma. SГ, incluso aquГ en Rusia, incluso aquГ en el santuario interior de Marmilov, ya no puedes esconderte de los hechos. Los cigarrillos eran malos, como el vodka y el whisky. Entonces, Вїpor quГ© Dios los hizo tan placenteros?
Г‰l exhalГі.
–Eso estГЎ por ver, por supuesto. Y dependerГЎ de los medios de comunicaciГіn que lo cubran en cada paГs. Pero las primeras informaciones serГЎn, por supuesto, a nuestro favor. En general, sospecho que los eventos se reflejarГЎn bastante mal en los estadounidenses y luego, un poco mГЎs tarde, se reflejarГЎn mal en nuestro amado Presidente.
Hizo una pausa y lo pensó un poco más. —La verdad y los eventos lo confirmarán a medida que se desarrollen, cuanto peor sea el desastre, mejor será nuestra posición.
CAPГЌTULO NUEVE
23:05 horas, Hora de Alaska (4 de septiembre)
Campamento Helado de la Armada de EE.UU.
Seis kilГіmetros al norte del Refugio Nacional de Vida Silvestre del ГЃrtico
Dos kilГіmetros al oeste de la plataforma petrolera Martin Frobisher
Mar de Beaufort
OcГ©ano ГЃrtico
—De ninguna manera, tГo.В No puedo hacerlo.
La noche era negra.В Fuera de la pequeГ±a cГєpula modular, el viento aullaba.В Fuera caГa una lluvia helada.В La visibilidad se estaba deteriorando.В En poco tiempo, iba a estar cerca de cero.
Luke estaba cansado.В Se habГa tomado una Dexi cuando el aviГіn aterrizГі y otra hace unos momentos, pero ninguna le habГa hecho efecto.
Todo el asunto parecГa un despropГіsito.В HabГan viajado por el continente en una carrera loca, a velocidades supersГіnicas, la misiГіn estaba a punto de comenzar y ahora uno de sus hombres se estaba echando atrГЎs.
–Esto no pinta bien en absoluto.
Era Murphy quien hablaba, por supuesto.
Murphy no querГa ir a este emocionante paseo.
El campamento temporal en el hielo, bГЎsicamente una docena de cГєpulas modulares impermeables sobre una capa de hielo flotante, habГa surgido como hongos despuГ©s de una lluvia de primavera, aparentemente en las Гєltimas dos horas.В Era uno de varios campamentos como este, que rodeaba la plataforma petrolera a una distancia segura.В El establecimiento de varios campamentos en la periferia se hizo para el caso de que los terroristas estuvieran vigilando.В La actividad fue diseГ±ada para dificultarles saber de dГіnde vendrГa el contraataque.
Dentro de cada una de las cГєpulas, un agujero rectangular habГa sido cortado a travГ©s del hielo, aproximadamente del tamaГ±o y forma de un ataГєd.В El hielo en esta zona tenГa casi un metro de espesor.В Una plataforma, hecha de un material sintГ©tico similar a la madera, se habГa colocado alrededor de cada agujero.В Se habГan colocado bajo el agua unas luces de buceo, que le daban al agujero un color azul misterioso.В Ya se estaba formando hielo nuevo en la superficie del agua.
Luke y Ed estaban vestidos con sus trajes secos de neopreno, sentados en sillas cerca del agujero.В Brooks Donaldson estaba haciendo lo mismo.В Cada uno estaba siendo ayudado por dos asistentes, hombres con chaquetas de invierno de la Marina de los EE. UU., que se afanaban en ponerles el equipo.В Luke se quedГі quieto mientras un hombre montaba un compensador de flotabilidad alrededor de su torso.
–¿Cómo lo siente? —dijo el chico.
–Voluminoso, a decir verdad.
–Perfecto, es voluminoso.
Las manos de Luke aГєn no llevaban guantes.В TirГі de la cremallera impermeable a travГ©s de su pecho.В Estaba apretado y era difГcil de tirar, como deberГa ser.В AllГ abajo habГa agua frГa.В La cremallera hacГa un sello firme.В Pero eso significaba que iba a ser difГcil abrirla cuando llegaran al destino.
–¿Cómo se supone que abriré esta cosa? —preguntó.
–Adrenalina —dijo uno de los asistentes. —Cuando la mierda comienza a volar, los muchachos prácticamente se arrancan estos trajes con sus propias manos.
Ed rio, mirando a Luke.В Sus ojos decГan que no era tan gracioso.
–Oh, tГo —dijo.
Murphy no se estaba riendo en absoluto.В HabГa venido con ellos desde Deadhorse, pero ni siquiera comenzГі el proceso de ponerse el traje.
–Esto es una trampa mortal, Stone —dijo—, como la última vez.
–No tienes nada que demostrar —dijo Luke—, ni a mà ni a nadie. Nadie está obligado a ir. No es como la última vez en absoluto.
La Гєltima vez.
La Г©poca en que ambos estaban en las Fuerzas Delta, destinados en el este deВ AfganistГЎn.В Luke era el lГder del escuadrГіn y no habГa neutralizado a un teniente coronel, ansioso de gloria, que los habГa llevado a todos, a todos menos a Luke y Murphy, a la muerte.
Eso era cierto, podГa haber abortado la misiГіn.В Eran sus muchachos; no sentГan ninguna lealtad en absoluto hacia el teniente coronel.В Si Luke les hubiera ordenado detenerse, la misiГіn se habrГa detenido.В Pero se habrГa enfrentado a un consejo de guerra por insubordinaciГіn.В HabrГa arriesgado toda su carrera militar, una carrera que, curiosamente, terminГі aquella noche de todos modos.
Murphy miró a Ed. —¿Por qué vas?
Ed se encogió de hombros. —Me gusta la emoción.
Murphy sacudiГі la cabeza. —Mira ese agujero, tГo.В Es como si alguien hubiera cavado tu tumba.В Deja caer un ataГєd ahГ y estarГЎs listo.
Murphy no era un cobarde, Luke lo sabГa.В Luke habГa participado en al menos una docena de tiroteos con Г©l en las Fuerzas Delta.В HabГa estado con Г©l en el tiroteo deВ Montreal, en el que salvaron la vida de Lawrence Keller y llevaron a los asesinos del Presidente David Barrett ante la justicia.В Incluso habГa tenido una pelea con Murphy encima de la llama eterna de la tumba de John F. Kennedy.В Murphy era un tipo difГcil.
Pero Murphy no querГa ir.В Luke podГa ver que estaba asustado.В Eso podrГa ser porque Murphy no estaba entrenado, pero podГa ser porque…
–Está bien, chicos, ¡escuchad!
Un hombre corpulento, con un forro polar, habГa entrado en la cГєpula.В Durante una fracciГіn de segundo, mientras empujaba las pesadas cortinas de vinilo que formaban la esclusa hacia el exterior, el viento chillГі.В El rostro del hombre estaba rojo brillante por el frГo.
–Según tengo entendido, todos fuisteis informados en Deadhorse.
El chico se detuvo.В MirГі el asiento vacГo donde Murphy deberГa estar sentado.В Luego mirГі a Murphy.
Murphy sacudiГі la cabeza.
–No voy a ir.
El chico se encogió de hombros. —Haz lo que quieras. Pero esta es una operación clasificada. Si no vas, no puedes escuchar lo que voy a decir.
–Soy parte del equipo de supervisión civil —dijo Murphy.
El chico sacudió la cabeza. —Mis órdenes son que dos miembros del equipo de supervisión civil se quedan en el centro de mando en Deadhorse y el resto del equipo está preparado para entrar con los SEAL.
LevantГі las manos, como diciendo:В Es lo que hay.
–Si no estás en el centro de mando y no estás preparado, no creo que estés en el equipo.
Murphy sacudió la cabeza y suspiró. —Ah, demonios.
Se echГі sobre los hombros una pesada parka verde, encima de toda su gruesa ropa.
–Murph —dijo Luke. Llama a Swann y Trudy. Te llevarán en un helicóptero.
El chico nuevo sacudiГі la cabeza. —Los helicГіpteros estГЎn en tierra.В La tormenta viene con fuerza y no queremos ningГєn accidente por ahГ.В La misiГіn ya es suficientemente mala.
Murphy maldijo por lo bajo y saliГі por donde acababa de entrar el hombre. El vinilo se agitГі y el viento volviГі a chillar.В El hombre vio irse a Murphy, luego mirГі a los tres buzos restantes.
–EstГЎ bien —dijo. —Esta es una inmersiГіn en hielo, por la noche, en medio de una tormenta, en un entorno elevado.В No se me ocurre una misiГіn mГЎs peligrosa.В Hace un aГ±o, perdimos a dos buzos experimentados en un entorno similar de hielo, pero fue una inmersiГіn de entrenamiento durante el dГa, no habГa tormenta y estaban atados a su base de operaciones.В ВїDe acuerdo?В DeberГais saberlo.
ВїNadaban hacia un tiroteo?В dijo Ed.
El hombre solo lo mirГі.В No estaba de humor para chistes.В Luke sintiГі lo mismo.В No habГa nada gracioso en esto.
–Como probablemente hayas notado, esta no es una inmersión atada. Durante gran parte de la natación, el hielo sobre vuestras cabezas será muy compacto. No querrás tener contacto con él. Deberás ir cinco metros por debajo, mantener una flotabilidad neutral y un buen nivel de ajuste.
HabГa cuatro propulsores de nataciГіn a sus pies.В Eran, bГЎsicamente, pequeГ±os torpedos elГ©ctricos, alimentados por baterГas.В Cada buzo sostendrГa el mango de un vehГculo con una mano y la propulsiГіn lo llevarГa a su destino mucho mГЎs rГЎpido y con mucho menos esfuerzo de lo que podrГa nadar solo.
El hombre cogió uno con ambos brazos. —¿Quién de vosotros ha usado uno de estos?
Las tres manos se levantaron.
El hombre asintiГі con la cabeza. —Bien.В Normalmente, usarГamos vehГculos submarinos Mark 8, cada uno con dos o cuatro hombres, pero no pudimos traerlos a tiempo y el entorno es difГcil para desplegarlos.В AsГ que vamos con los propulsores de mano.В ВїDe acuerdo?
Г‰l se detuvo, pero nadie dijo una palabra.В Era lo que habГa, no importaba si estaban de acuerdo o no.
–Vigilad vuestra brГєjula.В Os dirigГs hacia el este.В Hay otros diecisiete tipos… MirГі de nuevo a la silla vacГa de Murphy. —DiecisГ©is hombres mГЎs allГЎ abajo.В Moveos con el flujo del trГЎfico.В Este grupo es el de supervisiГіn, por lo que estГЎis en la retaguardia.В Si os confundГs u os perdГ©is, el camino de regreso es hacia el oeste.В Este campamento estГЎ iluminado como un ГЎrbol de Navidad allГ abajo, asГ que dirigГos a las luces.
LevantГі un casco impermeable, con visera y mГЎscara.
–Vuestro casco tiene comunicaciГіn bidireccional por radio.В Mantened la charla al mГnimo.В Escuchad a los lГderes delanteros.В La visibilidad va a ser baja, vuestros oГdos pueden salvaros, vuestras bocas pueden mataros.
Los mirГі fijamente a todos.
–No hay apoyo, ni aГ©reo ni anfibio.В La cosa podrГa ponerse fea.В Mantened un ojo hacia arriba.В Cuando notГ©is el aire libre, ya casi estГЎis allГ.В Cuando lleguГ©is al borde del hielo, apagad los faros delanteros.В La idea, caballeros, es pillarlos por sorpresa.
El hombre levantГі una ametralladora MP5 con un cargador pre-montado.В El arma estaba envuelta en plГЎstico grueso y translГєcido.В LevantГі un paquete de tres granadas, envuelto de la misma manera.
–Estas cosas están fuera de su elemento en este momento. Es un embalaje cien por cien resistente al agua. Cuando lleguéis a tierra, usad vuestros cuchillos para abrirlo.
Él sonrió, luego sacudió la cabeza. —Si es necesario, usad los cuchillos para cortar también esos trajes.
Luke mirГі a Ed.В Ed hizo una mueca, una divertida expresiГіn facial que Luke nunca lo habГa visto hacer antes.В ParecГa un niГ±o en la escuela primaria, cuando la maestra sugerГa que la clase cantara algunos villancicos.
Los asistentes detrГЎs de Ed levantaron su casco y luego dejaron que se acomodara en su cabeza.В Su aliento empaГ±Гі la visera.
Los asistentes detrГЎs de Luke estaban a punto de hacer lo mismo.
–¿Alguna pregunta? —dijo el hombre del frente.
ВїQue estamos haciendo?,В le vino a la mente.
–Bueno. Entonces vamos allá.
* * *
Murphy estaba de mal humor.
–Estoy harto de esta misión, Swann. Nunca me agradó la gente de la Marina y ahora realmente no me gustan.
Las comunicaciones estaban bien, a pesar de la tormenta.В Swann se lo habГa explicado, pero Murphy no lo habГa escuchado todo.В Algo sobre las antenas integradas en estas cГєpulas, mГЎs las seГ±ales de satГ©lite que penetraron la cubierta de nubes en rГЎpido movimiento y la precipitaciГіn, mГЎs el cifrado irrompible por el que Swann era conocido…
Lo que fuera.
EsperГі la demora, mientras la seГ±al rebotaba, para que los terroristas no pudieran rastrear y escuchar.
Murphy estaba harto, irritado.В Г‰l no era un buzo yВ Stone y Newsam, tampoco.В Los SEAL habГan estado entrenando con equipos de buceo de Г©lite en las aguas heladas de Noruega y Suecia durante los Гєltimos aГ±os.В Mientras tanto, el Equipo de Respuesta Especial, que no estaba preparado, habГa sido agregado a esta misiГіn como una especie de adorno llamativo.
La forma en que ese tipo grande habГa mirado la silla vacГa… luego a Murphy… luego otra vez a la silla.В TenГa suerte de que ambos estuvieran en el mismo equipo.В Murphy con gusto habrГa remodelado la cara del chico con esa silla.
–SГ, no lo entiendo —dijo finalmente Swann. —Estamos mГЎs o menos como escaparates aquГ, en el control de la misiГіn.В Nadie quiere supervisiГіn civil sobre esto, quieren un sello de goma.В Nos han puesto en nuestra propia oficina, lejos de todos los demГЎs, con un par de ordenadores y una mГЎquina de cafГ©.
Murphy sonriГі.В PodГa imaginarse a los endurecidos oficiales SEAL y de Operaciones Especiales recibiendo una carga de Swann, el monstruo informГЎtico alto, desgarbado, de pelo largo y con gafas y el joven y tierno bocado Trudy Wellington y pensando…
Nada.В Los motores que alimentan el tГpico cerebro militar se detendrГan.В La sola vista de Swann serГa suficiente para verter azГєcar en el depГіsito de gasolina.
Ponedlos en otra habitaciГіn, en algГєn lugar fuera de la vista.
–Esos tipos se van a matar allГ abajo.В TratГ© de decГrselo a Stone, pero luego un tonto de la Armada me echГі porque la sesiГіn informativa estaba clasificada.
–¿Dónde estás ahora? —dijo Swann.
Murphy mirГі a su alrededor.В Estaba dentro de una cГєpula vacГa, sentado en una silla donde hasta hace poco debГa haber habido un Navy SEAL.В El agujero en el hielo brillaba azul.В HabГa una cГєpula de mando por aquГ, en algГєn lugar y despuГ©s de que entraron los SEAL, el personal de soporte debГa haber ido allГ para ver las seГ±ales de radar moviГ©ndose debajo de la capa de hielo.
–Estoy en el infierno —dijo Murphy. —Un infierno helado.
Se oyГі la voz de Trudy.В Era musical, como dedos que acarician ligeramente las teclas de un piano.
–¿Qué quieres hacer? —dijo ella.
La respuesta era bastante fГЎcil: Murphy querГa desaparecer, querГa abandonar este pГЎramo ГЎrtico, esta atrocidad terrorista sin sentido, fuera lo que fuera, ir aВ Gran CaimГЎn, coger sus dos millones y medio de dГіlares en efectivo y simplemente evaporarse.
Sin embargo, era mГЎs fГЎcil decirlo que hacerlo.В Iba a necesitar planificaciГіn y tiempo para diseГ±ar una desapariciГіn como esa, un tiempo que no tenГa.В Don todavГa querГa que pasara seis meses enВ Leavenworth,В a cambio de una baja honorable.В Mientras tanto, Wallace Speck estaba bajo custodia, fuera del alcance de Murphy y podГa comenzar a decir cosas comprometedoras en cualquier momento.
El peor de los escenarios serГa que Murphy llegara a Leavenworth en el momento exacto en que Speck mencionara su nombre.
Naturalmente, estas no eran cosas de las que Murphy pudiera hablar con Mark Swann y Trudy Wellington.В Pero habГa cosas de las que sГ podГa hablar.В Swann y Trudy podrГan ayudarlo, no a salir de aquГ, sino a adentrarse mГЎs.
Stone estaba equivocado.В Murphy sГ tenГa algo que demostrar, siempre tenГa algo que demostrar.В Tal vez no a Stone y tal vez no a ese entrenador SEAL con cerebro de CromaГ±Гіn, sino a sГ mismo.В Esta misiГіn lo habГa llevado por el camino equivocado.В Se habГan catapultado por todo el paГs a gran velocidad, Вїpara quГ©?В Una operaciГіn a medio cocer que era un desastre, incluso antes de comenzar.В ВїQuiГ©n soГ±Гі esto, Wile E. Coyote?В Era laВ operaciГіn de rescate de la embajada deВ IrГЎn, segunda parte, esta vez con hielo en lugar de arena.
Que pareciera tan mal y apresuradamente diseГ±ada irritaba a Murphy.В El hecho de que Stone lo hubiera aceptado lo irritaba aГєn mГЎs.В El hecho de que Newsam lo acompaГ±ara elevaba su irritaciГіn por las nubes.
El hecho de que Г©l, Murphy, no pudiera meterse en ese traje de buceo claustrofГіbico y escalar a travГ©s de esa tumba en el hielo aГ±adГa un poco de humillaciГіn a la mezcla.В Y la forma en que ese descerebrado mirГі su silla…
Las manos de Murphy se apretaron y aflojaron.В HabГa llegado a la conclusiГіn hace mucho tiempo de que, en parte, el motivo de unirse al ejГ©rcito y luego a las Fuerzas Delta, era hacer algo constructivo con su ira.
Г‰l conocГa su historia.В HabГa estudiado a asesinos hГЎbiles y prolГficos de guerras pasadas.В Audie MurphyВ en la Segunda Guerra Mundial.В Bloody Bill Anderson durante la Guerra Civil Americana.В Gran parte de lo que impulsaba a esos tipos era la ira.
En su mente, podГa ver a Audie Murphy enВ Colmar, de pie, solo, encima de un tanque en llamas, derribando a decenas de alemanes con una ametralladora calibre 50, mientras recibГa fuego enemigo continuo.
Murphy, Newsam y Stone habГan tomado Dexis un rato antes.В Murphy estaba cansado y habГa tomado dos.В Estaban empezando a hacer un fuerte efecto en este momento.В PodГa sentir que su corazГіn comenzaba a latir y su respiraciГіn se aceleraba.В Los artГculos dentro de esta cГєpula comenzaron a saltar hacia Г©l con exquisito detalle.В ReprimiГі el impulso de ponerse de pie y hacer un montГіn de saltos.
PodrГa matar a alguien ahora mismo, a muchos.В Y lasВ Islas CaimГЎnВ estaban muy lejos, fuera del alcance por el momento.В Stone y Newsam acababan de lanzarse a la versiГіn submarina de la ExpediciГіn Donner, una misiГіn suicida congelada que solo podГa terminar en desastre.В HabГa un grupo de terroristas que ya habГan matado a personas inocentes; los hombres que mantenГan secuestrada esa plataforma petrolera eran malos y nadie iba a molestarse mucho si morГan.
La mente de Murphy comenzГі a acelerarse.В Swann y Trudy habГan sido desterrados a su propia oficina y eso no era necesariamente algo malo.В Ambos eran magos de la tecnologГa.В Si sus comunicaciones no estuvieran en cuarentena… un gran si, pero…
–¿Murph? ¿Qué quieres hacer?
Los ojos de Murphy disparaban rayos lГЎser.В Sus manos podГan lanzar bolas de fuego ardiente.В Era imparable ahora, como siempre lo habГa sido.В Todos estos aГ±os en combate y casi nunca habГa recibido un rasguГ±o.В Era sorprendente cГіmo iban encajando las cosas en su cabeza.
–Quiero un bote —dijo, sin darse cuenta de lo de que decГa. —Quiero armas, apoyo de drones y orientaciГіn a travГ©s de la tormenta hacia esa plataforma petrolera.
Hizo una pausa, su mente se movГa tan rГЎpido ahora, en puras imГЎgenes, que apenas podГa articular los pensamientos en palabras.
–Quiero participar en el juego.
* * *
Luke saltГі al agujero oscuro.
Cayó a través de un fino brillo helado, a un mundo submarino surrealista. En un instante, el ambiente utilitario el vestuario de la cúpula desapareció, reemplazado por esto…
El mar era azul oscuro, desapareciendo en un vacГo negro debajo de Г©l.В Sobre su cabeza, el hielo era de un color blanco azulado, con rectГЎngulos radiantes de luz blanca brillante que marcaban dГіnde estaban las cГєpulas, donde los agujeros habГan sido cortados a travГ©s del hielo.
Era un lugar extraГ±o.
PodrГa ser un astronauta que navegaba sin gravedad por el espacio profundo.
Lo mГЎs apremiante que notГі fue el frГo.В No era el frГo gГ©lido de saltar al ocГ©ano a finales de otoГ±o.В No lo penetrГі.В El traje seco era perfectamente efectivo para evitar el agua helada, que lo matarГa en unos momentos.
En ese sentido, no tenГa frГo.В Pero podГa sentir el frГo a su alrededor, contra el exterior del espeso neopreno.В Su piel estaba frГa.В Era como si el frГo estuviera vivo y tratara de penetrar para llegar a Г©l.В Si encontraba la manera, morirГa aquГ abajo.В Era asГ de sencillo.
El Гєnico sonido que podГa escuchar era su propia respiraciГіn, fuerte en sus oГdos.В Se dio cuenta de que era rГЎpida y poco profunda y se concentrГі en desacelerarla y profundizarla.В La respiraciГіn superficial era el comienzo del pГЎnico.В El pГЎnico te hacГa perder la cabeza.В En un lugar como este, te harГa perder la vida.
RelГЎjate.
Luke puso en marcha su propulsor cilГndrico, parecido a un torpedo y avanzГі suavemente hacia adelante.
Adelante, el grupo de buzos avanzaba, sus faros iluminaban la oscuridad y proyectaban sombras espeluznantes.В Luke casi esperaba que un tiburГіn gigante, un megalodГіn prehistГіrico, apareciera repentinamente en la oscuridad frente a ellos.
Cuando dejaron atrГЎs el campamento, notГі que el mar se movГa, se agitaba y que el grueso techo de hielo sobre sus cabezas se ondulaba y surgГa como tierra bajo el efecto de un poderoso terremoto.В Г‰l y Ed avanzaban uno al lado del otro, viajando a travГ©s de las fuertes corrientes, con los propulsores de buceo en sus manos haciendo la mayor parte del trabajo.
Luke sintiГі que lo empujaban, sintiГі los intentos del agua de ponerlo boca abajo, o enviarlo tambaleГЎndose contra Ed, pero rodГі con Г©l y siguiГі adelante.
MirГі a Ed.В Ed tenГa una buena postura, su cuerpo casi horizontal, inclinado hacia adelante solo un poco, su cabeza hacia arriba.В Luke no podГa ver la cara de Ed debajo del casco.В El efecto era impresionante.В Ed podrГa ser un impostor o una mГЎquina.
Unos susurros comenzaron a llegar a travГ©s de la radio del casco.В Luke apenas podГa escucharlos y no podГa entender lo que decГan.В El sonido de su aparato de respiraciГіn era mucho mГЎs fuerte que la radio.В SerГa difГcil comunicarse.
MirГі hacia atrГЎs.В Las luces que penetraban en la oscuridad desde arriba se desvanecГan en la distancia.В Ya habГan dejado atrГЎs el campamento base.
El tiempo entrГі en un extraГ±o estado de fuga.В EchГі un vistazo a su reloj.В HabГa configurado el temporizador de la misiГіn justo antes de tirarse al agua.В HabГan pasado poco mГЎs de diez minutos desde ese momento.
Pasaron el borde de la capa de hielo y el techo sobre ellos se volviГі oscuro, casi negro, salpicado de bloques de hielo en movimiento.В Todo se oscureciГі ahora, iluminado solo por sus propios faros y los faros delante de ellos.
Ya estaban cerca y habГa sucedido mucho mГЎs rГЎpido de lo que esperaba.
Calma… calma.
PasГі al lado de un pequeГ±o dispositivo, brillando verde en la oscuridad.В Era una caja de metal, tal vez a diez metros a su derecha.В TendrГa como un metro de alto y medio metro de ancho.В HabГa controles de varios tipos a lo largo de uno de los lados.В Era lo suficientemente pequeГ±o y estaba lo suficientemente lejos como para que casi hubiera pasado sin verlo en absoluto.
Era un robot, lo que Luke conocГa como un vehГculo submarino, operado de forma remota, o ROV.В Estaba unido a una gruesa correa amarilla, que desaparecГa en la distancia negra hacia el norte.В La correa era probablemente su principal fuente de electricidad.В Probablemente, tambiГ©n contenГa los cables que lo controlaban y a travГ©s de los cuales enviaba datos a… Вїa dГіnde?
TenГa un gran ojo redondo, probablemente la lente de una cГЎmara.
ВїNadie mГЎs se habГa dado cuenta?
TratГі de girar en esa direcciГіn, pero su impulso lo llevГі mГЎs allГЎ, antes de que pudiera acercarse.В Ed se girГі para mirarlo.В Luke tratГі de seГ±alar el ROV, pero ahora estaba muy por detrГЎs de Г©l y el traje y el equipo eran demasiado voluminosos.
DeberГan regresar, coger esa cosa y al menos inspeccionarla.В Nadie les habГa dicho nada sobre un despliegue de cГЎmaras con control remoto en esta misiГіn.В Estaba enviando imГЎgenes a alguien.
Necesitaban cortar esa cuerda.
El murmullo dentro de su casco se hizo mГЎs fuerte ahora, pero de alguna manera todavГa no podГa entender las palabras.В Uno por uno, los faros delanteros se apagaron, marcando el comienzo de la oscuridad total.
Los primeros comandos estaban llegando a la costa.
Luke mirГі hacia atrГЎs por Гєltima vez.В Las luces del campamento estaban muy lejos, como estrellas en el cielo nocturno.В Si te perdГas, se suponГa que tenГas que ir hacia ellas.
El robot verde se moviГі, ya muy atrГЎs, mirГЎndolo.В A esta distancia, podrГa ser nada mГЎs que un pedazo de bioluminiscencia verde.
LevantГі la mano para apagar su faro.В A su izquierda, la luz de Ed se apagГі.
Y fue entonces cuando comenzaron los gritos.
* * *
Murphy odiaba a todo el mundo.
Se dio cuenta de esa verdad, estaba furioso y se dejГі llevar por la ira.В Era un mundo frГo y enfermo y no merecГa nada mГЎs que su completo desdГ©n.В DesdГ©n y odio.В El odio lo guiaba.В El odio lo alimentaba y lo mantenГa.В El odio lo protegГa del daГ±o.
No podГas matar tontorrones militares oficiosos que te echaban de las reuniones y se burlaban de ti con sus ojos.В Eso iba contra las reglas, te llevarГa a la cГЎrcel.В PeroВ podГasВ matar al enemigo.
Condujo el pequeГ±oВ bote fluvial de la Armada aВ travГ©s de la tormenta.В El bote no estaba construido para las aguas del ГЃrtico, pero servirГa para una loca carrera de kamikaze.
Se impulsaba con dos grandes motores diГ©sel gemelos, de 440 caballos de potencia.В El casco era de aluminio con armadura de placas.В La borda era de espuma de cГ©lulas sГіlidas de alta resistencia.В Las olas heladasВ aquГ eran enormes, chocando contra la proa.В Golpeaban el bote a travГ©s de trozos de hielo, haciendo sonidos desgarradores cada vez.В El viento gritaba en sus oГdos.
Estaba en la cabina, detrГЎs de una pared blindada.В Un lanzagranadas de humo y un gran caГ±Гіn de cadena de calibre 50 estaban montados en la proa, a tres metros delante de Г©l.В El caГ±Гіn de cadena destrozarГa en pedazos un vehГculo blindado, pero no tenГa idea de si iba a funcionar: se estaba congelando y el agua salada y helada estaba rociando todo el lugar.В AdemГЎs, este no era un bote para un solo hombre, tendrГa que abandonar la cabina para llegar al arma.
Las luces del bote estaban apagadas y Г©l corrГa a travГ©s de la oscuridad absoluta.В Llevaba gafas de visiГіn nocturna, pero el mundo verde que mostraban no le decГa nada.В Olas monstruosas, agua negra helada y espuma blanca contra el cielo negro.В Estaba corriendo ciego en medio de la furia de la tormenta.
Se deslizГі por la cara de un oleaje, el bote se estrellГі contra el agua en el fondo como si estuviera en una carrera de troncos.В Los barcos a veces bajaban por fuertes olas y se zambullГan directamente bajo el agua, y nunca mГЎs se los volvГa a ver.В Г‰l lo sabГa.В No querГa pensarlo.
–¡Swann! —gritó en la oscuridad. —¿Dónde estoy?
Esta cosa estaba equipada con radar, sonda, GPS, radio tГЎctica VHF y una gran cantidad de otros sensores y sistemas de procesamiento, pero Murphy apenas podГa dirigir el bote, mucho menos interpretar todos los datos que recibГa. Swann, supuestamente, estaba rastreando su posiciГіn con respecto a la plataforma petrolera.
Una voz crujiГі en sus auriculares.
–¡Swann!
–¡Ve al norte! —escuchó la voz gritar. —Norte noreste. Estás siendo empujado hacia el sur.
Murphy comprobГі la brГєjula.В Apenas podГa verla.В GirГі un poco el timГіn del barco hacia la izquierda, alineГЎndose mГЎs hacia el norte.В No tenГa idea de a dГіnde iba.В Algo podrГa aparecer justo frente a Г©l, podrГa chocar sin haberlo visto.
No tenГa ningГєn plan.В Nadie sabГa que vendrГa, ni siquiera sus propios muchachos.В Swann y Trudy eran los Гєnicos que sabГan que habГa cogido este bote.В Eran los Гєnicos que sabГan que Г©l se habГa enfundado rГЎpidamente en la armadura corporal y habГa cargado el barco con armas y municiones.В Eran los Гєnicos que sabГan dГіnde estaba, ni siquiera Г©l mismo sabГa dГіnde estaba.
Y casi no le importaba.
No le importaba de quГ© lado estaba.
Estaba vacГo, vaciado.
Era el efecto de la Dexedrina y la adrenalina.
HabГa terroristas por ahГ, chicos malos y Г©l era el bueno.В Г‰l era el vaquero y ellos los indios.В Г‰l era el policГa y ellos los ladrones.В Eran el FBI y Г©l eraВ John Dillinger.В Eran Batman y Г©l el Joker.В Г‰l era Superman y ellos eran… cualquiera.
No importaba quiГ©n era quiГ©n y quГ© era quГ©.
Eran el otro equipo y Г©l iba a embestir este bote hasta sus gargantas.В Si vivГa, vivГa.В Si morГa, morГa. AsГ es como siempre habГa entrado en combate y siempre habГa salido por el otro lado, con total confianza
No le importaba mucho la vida, ni la suya ni la de cualquier otra persona.
Estaba muerto por dentro.
Ahora, en momentos como este, era cuando se sentГa vivo.
–¡Este! —gritó Swann. —¡Directamente al este!
Murphy se dirigiГі suavemente hacia la derecha.
–¿Cuánto de lejos? —gritó.
–¡Un minuto!
Un extraГ±o escalofrГo recorriГі a Murphy.В Se estaba congelando.В Demonios, estaba prГЎcticamente congelado.В Incluso con ropa de invierno, una gran parka, guantes gruesos, un sombrero y la cara cubierta, estaba congelado.В Su ropa estaba empapada.В Estaba temblando, tal vez por el frГo, tal vez por la nueva oleada de adrenalina.
Este era el juego.В AsГ era.
AquГ mismo.В Se estaba acercando.
Le dio aГєn mГЎs aceleraciГіn al bote.В Se asomГі a la penumbra.В La tormenta se levantaba a su alrededor.В EstabilizГі sus piernas y se agarrГі al timГіn cuando el bote fue golpeado de lado a lado.
Ahora, podГa ver algunas luces allГЎ afuera.В Y podГa escuchar algo.
ВЎPop!В ВЎPop!В ВЎPop!
Eran disparos.
–¡Ve más despacio! —gritó Swann. —¡Estás a punto de tocar tierra!
Frente a Murphy, de repente aparecieron unas luces brillantes.
Avanzaba rГЎpido, demasiado rГЎpido, Swann tenГa razГіn.В La costa estaba justo allГ.
Pero el barco estaba diseГ±ado para aterrizajes en la playa.
No habГa forma de detenerse de todos modos.В Murphy acelerГі al mГЎximo y se preparГі para el impacto.
* * *
Un hombre muerto flotaba en el agua sobre la cabeza de Luke.
Luke mirГі al hombre.В Era un SEAL en plena marcha, disparado mientras intentaba salir del agua.В Se movГa de un lado a otro, dando vueltas como algas en las corrientes crecientes.В Sus brazos y piernas se agitaban al azar, como espagueti recocido.
Se hundiГі hacia Luke.
La sangre saliГі de mГєltiples agujeros en el cuerpo del hombre y manchГі el agua de rojo.В Luke sabГa que la hemorragia no durarГa mucho, ahora que el traje seco del hombre estaba abierto y estaba expuesto al frГo, se iba a congelar muy rГЎpidamente.
Una luz blanca cegadora brillaba desde arriba.В Hace un momento, seВ habГanВ encendido las lucesВ terrestres, iluminando el agua.В Los SEAL estaban expuestos y no parecГa que nadie hubiera salido del agua todavГa.
OlvГdate de quitarte el traje seco.В OlvГdate de sacar las armas de sus bolsas impermeables a la intemperie.В OlvГdate de orientarte y tomar la iniciativa.В OlvГdate de un ataque sorpresa.
El enemigo no estaba sorprendido en absoluto.В Estaban colocados allГ, disparando al agua.
SabГan que vendrГan los SEAL.В Se habГan anticipado al asalto submarino.В La imagen volviГі a pasar por la mente de Luke: ese robot, con una cГЎmara incrustada, brillando verde en el agua oscura.
Fue una emboscada.В SerГa como pescar en un barril.
Luke, veinte metros por debajo de la superficie, vio que las balas penetraban en el agua helada sobre su cabeza, luego perdГan impulso a medida que se acercaban.
Dentro del auricular de Luke, alguien gritГі.
Ed seguГa a su lado.В EmpujГі a Ed con fuerza.В Ed se girГі para mirar y Luke seГ±alГі hacia atrГЎs y hacia abajo.В MГЎs adentro.В Necesitaban retirarse e ir mГЎs profundo.В En un momento, esos tipos arriba notarГan que las balas no estaban alcanzando sus objetivos y comenzarГan a disparar armas mГЎs pesadas y poderosas.
–¡Abortar! —gritó alguien en el casco de Luke. Fue la primera vez que un mensaje llegó claramente. —¡Abortar!
* * *
El bote se deslizГі hacia la isla y cruzГі el suelo helado.
La desaceleraciГіn fue instantГЎnea.В El sonido del metal raspando la roca era horrible.В Murphy fue arrojado como una muГ±eca de trapo.В VolГі sobre la consola de control y saliГі de la cabina.В Sus piernas quedaron atrapadas en la consola y lo voltearon boca abajo.
SaliГі lanzado y aterrizГі de espaldas en la proa del bote.В Su cabeza golpeГі la cubierta de aluminio.В BONG.В Sus oГdos comenzaron a pitar al instante.В Campanas tubulares.В Sus gafas de visiГіn nocturna habГan desaparecido.
JadeГі buscando aire.В El impacto le habГa dejado sin aliento.
No hay tiempo para eso.
GimiГі, se levantГі y se tambaleГі como Frankenstein hacia la ametralladora.
Se puso de pie, contemplando el campo de batalla.
Al menos veinte hombres estaban frente a Г©l, vestidos con ropa oscura, pasamontaГ±as negros y mГЎscaras contra el frГo.В Unos focos gigantes brillaban desde torres de tres metros de altura.В Los hombres de negro estaban de pie o arrodillados bajo la lluvia helada, disparando con sus armas al agua, el agua donde probablemente estaban los Navy SEAL.
Para eso eran los grandes focos: para ver los objetivos en el agua.В Las luces probablemente tambiГ©n servirГan para cegar a los nadadores y negarles objetivos, si alguno de ellos pudiera sacar sus armas.
Los hombres de negro comenzaron a girarse hacia Murphy.В Casi parecГan moverse a cГЎmara lenta.В En un segundo, iban a comenzar a dispararle.
Murphy agarrГі con ambas manos el arma pesada que tenГa delante.
Su dedo encontrГі el mecanismo de disparo.
Por favor, funciona.
DisparГі.В DUH-DUH-DUH-DUH-DUH-DUH llegГі el sonido metГЎlico de las balas disparando.В Г‰l asumiГі cГіmodamente el retroceso de la ametralladora montada.В Los casquillos gastados cayeron al fondo del bote, tintineando como cascabeles.
Murphy rociГі a los hombres.В AbatiГі a cuatro o cinco con su primera rГЎfaga.
No cayeron cuando les dispararon.В Se separaron como muГ±ecas de trapo, las balas los atravesaron.В Ahora los otros escapaban corriendo, buscando refugio.
–Corred, monos —dijo.
Un sonido llegГі.
WHOOOOOOOOSSSHH.
Un cohete volГі junto a Г©l.В Todo su cuerpo se sacudiГі en respuesta.
FallГі.В Ni siquiera lo habГa visto venir.В ImpactГі en algГєn lugar del agua detrГЎs de Г©l.В No oyГі una explosiГіn, pero vio un destello naranja y amarillo.
ВїCГіmo lo vio por el rabillo del ojo?
No. DebГa tener ojos en el cogote.
Su cinturГіn de municiones se estaba agotando.В No tenГa repuesto.
Quedarse sin municiГіn era un problema.В Ese cohete tambiГ©n era un problema: iba a haber mГЎs.В Los hombres ya se estaban reagrupando y tomando posiciones de tiro frente a Murphy.В ExtendiГі la mano izquierda y disparГі una granada de humo.
Luego se dejГі caer al suelo del bote.
Un segundo después, las balas comenzaron a golpear el casco blindado del bote. Tunk, tunk, tunk, tunk…
Las balas silbaban por encima.
LevantГі la vista hacia el gatillo del caГ±Гіn de cadena.В TodavГa le quedaban algunas balas, pero si intentaba levantar la mano…
WHOOOOSSSHHH.
PasГі otro cohete.В Quienquiera que manejara el lanzacohetes era un mal tirador.
Gracias a Dios.
Murphy llevaba encima una pistola. La sacó de la funda. Se agachó debajo del borde del arco. El primer hombre que apareciera allà iba a recibir una bala en la cabeza. Después de esto…
Pero no eran tan tontos.В De repente apareciГі una granada, rebotando dentro de la proa del bote como una pelota de goma.В Hizo ruidos metГЎlicos sГіlidos mientras rebotaba.В Murphy la recogiГі, esperГі un momento y la arrojГі de vuelta.
Un instante despuГ©s: BUUUUUUM.
Alguien por ahГ gritГі.В LloviГі tierra, hielo, sangre y carne.
EstabanВ allГ mismo, arrastrГЎndose hacia Г©l.
Las respiraciones de Murphy se convirtieron en ГЎsperos pitidos.В No iba a durar.В Estaba superado.В Fue superado en armas.В No podГa igualarse a ellos; si se asomaba por un costado, le volarГan la cabeza.В No podГa devolver todas las granadas que vinieran.В El tipo con el lanzacohetes no iba a fallar toda la noche.
Murphy iba a morir aquГ mismo, en este bote.
Su mente se acelerГі, buscando opciones.
–Oh Dios —dijo.
Esto pudo haber sido un error.
* * *
Algo habГa cambiado.
En un momento, parecГan estar todos condenados, atrapados en el agua, con el enemigo encima de ellos y disparГЎndoles, ametrallГЎndolos.В Ahora estaban nuevamente a la ofensiva, avanzando.
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notes
1
ANWR. Siglas de Arctic National Wildlife Refuge. En espaГ±ol: Refugio Nacional de Vida Silvestre del ГЃrtico. (Nota de la Traductora)
2
FUBAR. Acrónimo militar de “Fucked Up Beyond All Reason/Recognition/Repair”, que significa “Estamos jodidos sin remedio”. (Nota de la Traductora)
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